Por Diana Cariboni
RÍO DE JANEIRO, 23 jun (TerraViva) La investigación y el desarrollo de sistemas agroforestales son una apuesta a la sostenibilidad de la agricultura en zonas vulnerables, como América Central.
El Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), con sede en Costa Rica, viene investigando desde hace años sobre los cultivos que combinan producción forestal con alimentos, en especial el café y el cacao, dos productos tradicionales de América Central.
En 2005 fundó el Centro de Recursos de Información Bibliográfica sobre Cacao, Árboles, Bosques y el Ambiente (Inaforesta), junto con instituciones similares de África y Asia, entre otras.
Inaforesta es un grupo mundial de estudio y mejoramiento de las relaciones entre la gente, el caco, los árboles y el ambiente.
El cacao se cultiva en más de 50 países, cubre más de siete millones de hectáreas y es el sustento de más de cinco millones de familias en las regiones tropicales húmedas del planeta. Pero su plantación asociada a bosques o en zonas deforestadas presenta diversos desafíos ambientales.
De modo similar, la producción de café fue perdiendo técnicas tradicionales que la hacían más sustentable, como la combinación con árboles para aprovechar su sombra.
Los sistemas agroforestales incorporan especies arbóreas a las labores agrícolas y agropecuarias. Su práctica, acompañada de investigación científica, permite encontrar métodos y tecnologías amigables con el ambiente, dijo a TerraViva el director ejecutivo de la Asociación Coordinadora Indígena y Campesina de Agroforestería Comunitaria Centroamericana (Acicafoc), Alberto Chinchilla.
Los árboles permiten recuperar nacientes de agua, protegen con su sombra los cultivos, conservando más la humedad, y mantienen más frescos los predios de pasturas, lo que reduce el estrés de calor del ganado.
Además, así se pueden recuperar especies nativas o en extinción y mejorar la seguridad alimentaria de las comunidades.
Esta agricultura climáticamente inteligente puede reducir la vulnerabilidad de América Central, coincidieron ministros, científicos, técnicos en un encuentro paralelo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20).
Para el Catie, se trata de crear territorios climáticamente inteligentes.
La entidad plantea que el desarrollo sostenible debe ser un “trabajo colectivo”, afincado en un “territorio, el cual no solo es un espacio geográfico sino también una construcción social reflejada en la cultura, la producción, la gobernanza, es decir, un hilo conductor que caracteriza y diferencia una zona de un país”, según el director general del Catie, José Joaquín Campos.
El Catie colabora en proyectos con organizaciones de productores, como Acicafoc, con el que está creando un programa de capacitación para reforzar el conocimiento tradicional y el académico en materia de sistemas agroforestales tropicales.
Otro de sus aportes es el software gratuito ShadeMotion http://www.shademotion.com/, que calcula la posición, forma y acumulación de las sombras de árboles en distintos lugares de la Tierra y en distintas fechas y horas.
Esto permite determinar cuántas horas de sombra hay en cada lugar de una parcela por la presencia de árboles y tomar decisiones acerca de qué y cómo plantar.
El programa informático es de uso sencillo para los productores, que solo necesitan incorporar datos de cantidad de árboles, ubicación, forma, tamaño y densidad de follaje; coordenadas de tiempo en que se requiere la simulación e información geográfica del terreno.
El resultado, en la pantalla de la computadora, es un sombreado en distintas tonalidades de gris, sobre un cuadriculado que representa la parcela. Las tonalidades más oscuras denotan aquellas zonas que acumulan mayor cantidad de horas de sombra.
América Central podría perder hasta 19 por ciento de su producto interno bruto por el cambio climático, según el ministro de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras, Rigoberto Cuéllar.
Los efectos de los cambios del clima son las principales amenazas de la región, formada por siete países con una población de 43 millones de habitantes, casi la mitad de ellos pobres.
La superficie tiene apenas 27,5 por ciento de áreas protegidas. Pero posee una gran biodiversidad, según Cuéllar, que apoya la implementación del sistema agroforestal en su país.
“El cambio climático es uno de los aspectos que limitan el desarrollo sustentable de la región. Estamos apoyando fuertemente la agroforestería y el impulso a las actividades productivas. Hay que definir políticas claras para cruzar acciones coordinadas en los países”, dijo.
El PIB centroamericano crece cinco por ciento al año, pero se estima que la región ha perdido 1,7 puntos del PIB en las últimas dos décadas, debido a los desastres climáticos.
En este contexto, el sistema agroforestal es “la única alternativa que nos queda para adaptar y mitigar los cambios climáticos”, dijo Chinchilla.
La práctica agroforestal avanzó en la última década en la región. Los países centroamericanos pueden convertirse en vanguardia por una serie de proyectos que promueven la agroforestería y la seguridad alimentaria. (FIN/2012)