Perfil de J. Rendón, estratega de la contrainformación
12 de octubre de 2007
Reproduzco este artículo de mi amigo y maestro, Javier Darío Restrepo, a cargo del Consultorio de Ética Periodística de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, sobre el perfil de John Rendón, del Grupo Rendón, contratista de actividades de propaganda y relaciones públicas, al servicio de gobiernos o entidades anticomunistas en el mundo.
Rendón ha sido contratado por el Ministerio de Defensa de Colombia, desde donde le pagan con mis impuestos. ¿O quizá con los impuestos de los estadounidense, que financian la guerra colombiana? ¿O con los impuestos de los europeos, que a través de la cooperación con el gobierno de Álvaro Uribe recogen los escombros que causa esa misma guerra? ¿O todos los anteriores?
Los guerreros de la información
Por Javier Darío Restrepo, en El Colombiano (Medellín)
Durante cuatro meses, una campaña de manejo de medios, que costó 397.000 dólares, logró mantener lejos de las hogueras del escándalo los errores y abusos del ejército de Estados Unidos en Afganistán.
El mismo recurso se había utilizado cuando miles de personas murieron en Chorrillos, el barrio popular de ciudad de Panamá durante la invasión de Estados Unidos. La prensa mundial dio cuenta de 500 muertos nada más.
Un contrato de información estratégica por 100.000 dólares con
Caían en Bagdad las primeras bombas cuando el periodista Alexander Cockburn demostraba en Los Ángeles Times que las historias de bebés asesinados eran falsas.
En todos estos episodios figura el nombre de John Rendón, junto con la empresa Hill y Knowlton, como contratistas de actividades de propaganda y relaciones públicas, al servicio de gobiernos o entidades anticomunistas en el mundo. En la página web del Grupo Rendón se afirma que ha trabajado en 80 países y entre ellos menciona los
contratos con el Ejército,
Franklin Foer en The New Republic, 20-08-02, describía el trabajo de Rendón como una estrategia de golpes efectistas, respuestas veloces que deslumbraban al público y frases breves fáciles de recordar:
Este es el perfil del asesor contratado por el ministro Juan Manuel Santos para el partido de
copia de la que se puso en circulación con los principales colaboradores de Hussein después de la invasión a Irak.
Pero lo más revelador es el estilo mantenido en la acusación contra Rafael Pardo, reproducido en dos ocasiones contra Carlos Gaviria e intentado contra el senador Petro en cabeza de su ex esposa. Todos estos intentos desinformativos, si no son suyos, tienen la misma torpe marca Rendón. Ellos son de izquierda, luego tienen que ser malos: el
hecho no está comprobado, pero no hace falta verificar y si ellos lo desmienten, era la aclaración que necesitábamos, que fue la singular lógica manejada por el ministro Santos en el episodio The Guardian. En cada caso tuvo que rectificar, pero el daño ya estaba hecho y de eso se trataba.
J. Rendón se ha definido como un guerrero de la información y un administrador de la percepción, tan eficaz que convirtió a los periodistas durante las guerras del Golfo en dóciles turistas bélicos a quienes los mandos militares les mostraban lo que querían cuando querían, según el estudio de Naief Yahya sobre Guerra y Propaganda.
Trasladar esta guerra de la información al Ministerio de Defensa equivaldría a convertir en política oficial el uso de la mentira, la calumnia y la desinformación, que son las armas de la propaganda negra de Rendón.
Copiar la política de la tercera vía del primer ministro Blair fue un intento torpe, pero inocuo, pero trasplantar lo peor de la política de engaño de los presidentes Bush, los contratistas de Rendón, es degradar aún más la política colombiana.
Escrito en : Desde Bogotá,El fin justifica los medios,El poder
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Natalia
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