Concepto marciano
29 de enero de 2008
El episodio de los cuatro asaltantes de un banco venezolano en la población de Altagracia de Orituco, a 150 kilómetros de Caracas, terminó bien.
Los delincuentes tuvieron como rehenes, por más de 27 horas, a unas 40 personas que se hallaban en una oficina del Banco Provincial. La cifra incluía a una mujer con siete meses y medio de embarazo y a un bebé de tres meses.
Esta mañana, Darío Arizmendi, director de Caracol Radio, sostuvo extensas entrevistas al aire con los asaltantes y con varios rehenes, así como con autoridades venezolanas a cargo de la crisis.
Ésta comenzó a resolverse cuando cinco voluntarios –tres mujeres y dos hombres- se ofrecieron a acompañar a los captores a bordo de una ambulancia que éstos exigían para huir.
Tras dos horas y media de andar en la ambulancia, por la vía entre Altagracia y Guatire, una población 50 kilómetros al este de Caracas, los asaltantes se entregaron. No hubo heridos.
Entre el maratón de entrevistas de Arizmendi, antes de que entrara en escena la ambulancia, hubo una que me llamó poderosamente la atención.
Un oficial venezolano, cuyo nombre no retuve, dijo que la situación se estaba tratando con todo cuidado debido a que el Estado tiene la obligación no solamente de garantizar la vida de los rehenes sino, también, de garantizar la vida de los asaltantes. “Ese es nuestro deber, como Estado”, dijo.
Lo único que puedo decir es que esa frase, ese concepto, aquí en Colombia, suena completamente marciano.
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