«La muerte y la vida de mi padre»
El juez palestino Akrem al-Ghoul (en la foto con una de sus nietas) fue una de las primeras víctimas de la invasión israelí a Gaza.
«¿Cuál es la diferencia entre el piloto que voló en pedazos a mi padre y el militante que dispara un pequeño cohete?», se pregunta el periodista Fares Akram, corresponsal en Gaza del diario británico The Independent. Traducción de Heavy Metal Colombia en solidaridad con Palestina.
Por Fares Akram, desde Gaza
Lunes, 5 de enero de 2009
La llamada telefónica entró como a las 4.20 pm del sábado. Una bomba había caído sobre la casa en nuestra pequeña granja en el norte de Gaza. En ese momento, mi padre iba caminando del portón hacia la casa. Era nuestro entrañable lugar, la granja y su casa blanca de dos pisos, con techo rojo. Ubicada en una fértil llanura agrícola al noroeste de Beit Lahiya, tenía huertos con árboles de limón, naranja y albaricoque, y habíamos adquirido recientemente 60 vacas lecheras.
Sin embargo, poco antes de la puesta del sol del sábado, cuando tropas de tierra y tanques israelíes invadieron Gaza para supuestamente acabar con los nidos desde donde Hamas dispara sus cohetes, la paz de ese lugar se hizo pedazos y la vida de mi padre se extinguió a la edad de 48. Aviones de combate y helicópteros hicieron su barrido, bombardeando y disparando para abrir paso a los tanques y la infantería que llegaron con la oscuridad. Fue uno de esos ataques aéreos con F-16 lo que mató a mi padre.
La casa se redujo a poco más que polvo, y de papá no fue mucho más lo que quedó. «Apenas un montón de carne», dijo más tarde con franqueza brutal mi tío, quien lo encontró en los escombros.
Como la mayoría de los habitantes de Gaza, mi madre, mis hermanas y mi mujer -que tiene nueve meses de embarazo- y yo hemos pasado la última semana, de la ofensiva israelí, atrapados en nuestro piso en la ciudad. Pero mi padre había decidido permanecer en la granja; él sabía que sería imposible volver para cuidar del ganado, si se iniciaba la esperada invasión de tropas. Nos llamaba a diario. La última vez que lo vi fue el jueves, cuando trajo efectivo y una bolsa de harina. Hablamos del inminente nacimiento de mi primer hijo y cómo íbamos a llevar a mi esposa, Ala, a un hospital en medio de los bombardeos y el caos.
Por supuesto, el sábado por la noche no había ninguna esperanza de conseguir una ambulancia que llegara hasta la granja, porque las carreteras habían sido cortadas por los israelíes. Por lo tanto, mi tío y mi hermano manejaron los
Cuando llegaron, encontraron un montón de escombros humeantes. La mayoría de las vacas yacían muertas y otras habían huido, heridas. Mahmoud, un adolescente de la familia, estaba con mi padre cuando la bomba israelí aplastó la casa. La fuerza del ataque lo arrojó a
Hemos enterrado a mi padre y a Mahmoud ayer por la mañana en un funeral muy rápido, a sabiendas de que los tanques israelíes están a sólo
Mi padre, Akrem al-Ghoul, no era militante. Nacido en Gaza y educado en Egipto, fue un abogado y juez que trabajó para
Durante la segunda intifada, y hasta que los israelíes se retiraron de Gaza en 2005, la finca fue ocupada por colonos israelíes, pero después de 2005 fuimos allí todos los días festivos. En Gaza, el único escape es la playa o, si tienes suficiente suerte, el campo. Mi padre odiaba lo que Hamas estaba haciendo con el sistema jurídico de Gaza, introduciendo la justicia islámica, y se opuso por completo a la violencia. Él hubiera trabajado duro por una solución justa con Israel y un futuro mejor para los palestinos. Cuando
Mi dolor no conlleva el deseo de venganza, que sé siempre es en vano. Pero, en verdad, como hijo en duelo, estoy encontrando que me es difícil distinguir entre lo que los israelíes llaman terroristas y los pilotos y tripulantes de los tanques israelíes que están invadiendo Gaza. ¿Cuál es la diferencia entre el piloto que voló en pedazos a mi padre y el militante que dispara un pequeño cohete? No tengo respuestas pero, cuando estoy justo a punto de convertirme en padre, he perdido a mi padre.
enero 4th, 2009