¿Por qué temer a los ojos del mundo?
03 de febrero de 2009
El Alto Comisionado para
Esta mañana, Restrepo dispuso un cordón policial en el aeropuerto Vanguardia de Villavicencio, para impedir que los periodistas cubrieran la salida de los helicópteros puestos por Brasil para traer a casa al ex gobernador del Meta, del cual Villavicencio es capital.
También decidió que, a la llegada de Alan Jara, habría una rueda de prensa en el Club Meta, en coordinación con la gobernación del Meta. Dijo que el presidente Uribe fijó “unos criterios muy claros” y que había necesidad de guardar discreción, para preservar las liberaciones. Y que por ello tampoco habría ingreso de los medios de comunicación a la plataforma del aeropuerto a donde llegaría la misión con el liberado ex gobernador Alan Jara, ni contacto con él antes de la rueda de prensa, “por razones de seguridad”.
Los 150 periodistas estaban furibundos: ¿Cómo así que los ojos del mundo son peligrosos?
De pronto, Restrepo desapareció y lo reemplazó el general Óscar Naranjo, comandante de
¡El general reemplazó en sus funciones al comisionado de paz….!, por lo menos en el Vanguardia.
Luego se informó que Restrepo, psiquiatra de profesión, regresó a sus cuarteles en Bogotá.
Naranjo levantó las restricciones que había impuesto Restrepo al cubrimiento, y permitió el acceso de los medios al aeródromo. La fiesta de la libertad pudo llegar al planeta.
El precio: un comentario del general, atacando a Hollman Morris, corresponsal de Radio Francia Internacional y Al Jazeera aunque censurado en la práctica en Colombia, por haber buscado la noticia en la mismísima fuente. Es decir, por haber estado en el Caguán con las FARC el domingo, al tiempo con la liberación de tres policías y un soldado.
En sus ataques a Morris, el gobierno omite que fue a causa de los obstáculos que impuso el presidente Álvaro Uribe que la misión se retrasó.
Y que las liberaciones probablemente se hubieran podido realizar a mediados de enero, caso en el cual Morris quizá no habría alcanzado a coincidir con ella en el Caguán, o quizá sí.
Adentrarse al Caguán en guerra no es cosa de decir “llego mañana”.
Hay que obtener “visa”, viajar mínimo por tierra, lancha y mula, y a pie, cargando equipo. Y esperar y esperar.
Si el presidente Uribe no quiere periodistas en el “punto X” en las próximas liberaciones que vamos a lograr, por parte de Colombianos por
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