Archive for mayo, 2009
Dejo a los historiadores el acertijo: ¿Cúando en la historia de Colombia el movimiento sindical visitó a la Corte Suprema de Justicia para expresarle su solidaridad y apoyo?
Ocurrió este jueves, a las cuatro de la tarde.
La CUT, Central Unitaria de Trabajadores, la mayor central sindical de Colombia, se reunió durante una hora con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Augusto Ibáñez.
Asistieron Tarcisio Mora, presidente de la CUT; Domingo Tovar, secretario general; Alberto Vanegas, director del departamento de derechos humanos y solidaridad y, Francisco Maltés, jefe del departamento de comunicaciones.
El objetivo principal fue expresar solidaridad y apoyo del movimiento sindical a los magistrados, ante el espionaje del que han sido objeto por parte del servicio de seguridad presidencial, DAS por sus siglas.
Pero además expusieron una serie de puntos, ante los cuales el magistrado Ibáñez expresó que a su vez los estudiará con la Sala Plena de la Corte. Ante varios temas, los sindicalistas expresaron: “Con todo respeto, doctor, pero la justicia colombiana no opera”.
Los temas tratados fueron:
+La importancia de la privacidad de las comunicaciones en una democracia.
+El movimiento sindical es “uno de los dolientes» de los crímenes del paramilitarismo. Este año van 17 sindicalistas asesinados. Hay un plan de exterminio expresamente contra la CUT. La impunidad para los más de tres mil crímenes de sindicalistas es del 98,6%, ¿en qué está la justicia colombiana? Y pidieron una audiencia sobre el tema ante la Corte.
+Extradición de jefes paramilitares: hay que traerlos de nuevo, necesitamos la verdad aquí, dijeron. La CUT sabe que los paramilitares están «cantando» ante la justicia estadounidense, por eso Washington está contra la reelección del presidente Álvaro Uribe. Con la extradición de los autores materiales de la matanza, Estados Unidos está recompensando a los autores intelectuales, porque prefiere tener a la dirigencia colombiana «presa» de esa verdad.
+En Colombia no se aplican los convenios de la Organización Internacional del Trabajo. La legislación laboral no se cumple en Colombia. ¿Qué está haciendo la justicia colombiana al respecto?
+La seguridad de los dirigentes sindicales se está privatizando a través de la empresa VISE.
+ La CUT, organizaciones sociales y sindicales y el grupo de abogados Conrad & Scherer, de Estados Unidos, con oficinas en Fort Lauderdale (Florida), Washington y Quito, encabezados por Terry Collingsworth, demandaron el miércoles a la multinacional Drummond por pagar “protección” a grupos paramilitares, que asesinaron a más de 220 personas en el corredor férreo que va desde La Mina, ubicada en el municipio de La Loma, en el nororiental departamento del Cesar, hasta el puerto de Ciénaga en el departamento del Magdalena, al norte de Colombia; las víctimas fueron sindicalistas, miembros de organizaciones sociales y humildes pobladores de los municipios donde estos grupos, supuestamente pagados por esta compañía, sembraban terror alrededor de las zonas de interés de la Drummond, en una práctica que la CUT considera “recurrente” por parte de esta y otras multinacionales que operan en Colombia.
La semana pasada fue demandada la bananera Dole y se proyectan acciones similares contra otras nueve firmas, a las que se señala del asesinato de más de 350 sindicalistas y de miles de miembros de organizaciones sociales y humildes pobladores de las regiones donde han operado o están iniciando operaciones. Conrad & Scherer ya ha representado a organizaciones y víctimas en demandas anteriores contra compañías como Drummond, Oxy, Coca-Cola y Chiquita Brands en Colombia y a Dyncorp y Chevron Texaco en Ecuador.
Para la CUT, empresas bananeras, de flores, palmeras y mineras constituyen en Colombia “repúblicas independientes” por encima de la ley. Si bien el gobierno logró quitarle territorios a la guerrilla, se los entregó a las multinacionales, sostuvo la organización sindical ante el presidente de la Corte Suprema.
+ A esto se suma que el gobierno declaró recientemente medio centenar de zonas francas, en las que no están claras las relaciones laborales.
+¿Por qué no se dejan ver la cara los integrantes de la policía antimotines, ESMAD por sus siglas? Durante la manifestación del Primero de Mayo hace cuatro años, miembros del ESMAD mataron a golpes en pleno centro de Bogotá, Carrera Séptima con Calle 18, a Nicolás Neira, de 15 años, quien marchaba en la columna de jóvenes anarquistas, a la cola del desfile de los trabajadores.
mayo 21st, 2009
El 14 de mayo, el periodista Javier Darío Restrepo publicó su última columna en El Colombiano. Tras 17 años de escribir para ese diario de Medellín, las directivas le notificaron que habían «reestructurado» las páginas editoriales del periódico.
Para qué decir nada. Apenas recordar una entrevista con IPS hace dos años, en la que Javier Darío advierte que «la libertad de prensa es una figura puramente retórica» y que «lo único que cuenta son los periodistas libres».
La «reestructuración» de las páginas de opinión de El Colombiano sobrevino -como indicó la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP)- luego de la publicación de la columna titulada «Libertad de discrepar». Aludiendo a las celebraciones del 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, Restrepo escribió: »Hizo falta proclamar que discrepar de un gobierno no convierte a una persona en terrorista, ni en cómplice de las FARC, ni en enemigo del presidente o de sus fervientes seguidores».
Obvio que un periodista libre además discrepa de la concentración de poderes que implica una tercera elección presidencial consecutiva, en un país donde la Constitución no prevé controles o contrapesos para el evento.
Hoy, de manera diciente, en las mismas páginas «reestructuradas» el también periodista Arturo Guerrero publicó en su columna habitual de los miércoles un perfil de Restrepo, que reproduzco para mi lector o lectora.
He aquí al hombre
Arturo Guerrero
No es por su edad, que ronda los 77, ni por la longitud de su dedicación a un oficio que acumula 53 años. No es un asunto cuantitativo de simple duración, pues ésta en sí misma es neutra y solo cobra color en dependencia del furor que cada viviente, cada profesional, le haya conferido.
Tampoco es por la índole de las admiraciones que sobre su figura proliferan en boca de colegas y analistas: maestro, autoridad, ejemplo, eminencia, consumado periodista, máximo referente en asuntos de ética periodística en América Latina. Estas consideraciones pesan, claro, pero apenas son un índice que obliga a cavar más hondo.
Es un tanto más declaratoria la nómina de entidades que se disputan su tiempo, que deben a él sus bases fundacionales, que se enorgullecen de mostrarlo como pilar de prestigio y piedra de toque de su calidad: Fundación para la Libertad de Prensa, Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, Corporación Medios para la Paz, International Center for Journalists, Centro Latinoamericano de Prensa.
Es definitivamente más sólida la veintena larga de libros que ha publicado, de cuya sustancia llegó a afirmar: «he vivido tantas vidas como historias he narrado». Son una producción sobre el poder y la guerra. En cuanto al primero, así dibujó en uno de ellos la sicología de un tiranuelo: «los dictadores, sobre todo si son militares, carecen de sentido del humor y viven en un ámbito de solemnidad, boato y chocar de talones».
Ésta es para él la guerra, según lo consignó en su primera novela: «el requisito para ascender de mayor a teniente coronel -de acuerdo con una disposición del Ministro de Guerra, José Vicente Concha- será el de que el agraciado haya dejado cuando menos cien muertos en el combate».
De entre todos los motivos para calibrar a este hombre, quizás el definitivo es uno del que siempre se ha manifestado orgulloso: su irrevocable vocación de reportero. No por la magnificación de este particular oficio, revelada en ese orgullo. Sino por la manera como Javier Darío Restrepo lo ha vivido: la de acercarse a cada hombre para descubrir el mundo que ese hombre es.
Y por el acento con que ha ejercido esta pasión, evidente en las palabras de uno de sus personajes: «si para el amor se necesita el conocimiento, para el odio parece indispensable el desconocimiento».
mayo 21st, 2009
El Referendo por el Agua, que yo firmé luego de leer con muchísima atención tanto su contenido como su redacción, fue alterado y mutilado de tal forma por la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, que no lo reconozco. Mi lector o lectora puede ver debajo toooodo lo que cambió.
El 29 de septiembre, la Registraduría Nacional del Estado Civil (organización electoral) acreditó 2’039.812 firmas válidas en respaldo al Referendo por el Agua, promovido por el Comité en Defensa del Agua y de la Vida, una reunión variopinta de ecologistas, indígenas, comunidades negras, organizaciones de usuarios, sindicalistas, campesinos, líderes sociales, vocales de control de los servicios públicos, académicos, estudiantes y ciudadanos del común.
El objetivo: prohibir, por constitución, la privatización del agua, y la depredación de ese recurso natural que constituye el principio de la vida en el atribulado planeta Tierra.
«El agua es un bien común y público», «El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental», «El servicio de acueducto y alcantarillado será prestado en forma directa e indelegable por el Estado o por comunidades organizadas», «Se respetará una franja de protección de los ríos, cauces y humedales. Las aguas que discurren o se encuentren en territorios indígenas o en los territorios colectivos de las comunidades negras son parte integrante de los mismos. Se garantizará además el valor cultural del agua como elemento sagrado en la cosmovisión de los grupos étnicos», «Los ecosistemas esenciales para el ciclo del agua deben gozar de especial protección por parte del Estado y se destinarán prioritariamente para garantizar el funcionamiento de dicho ciclo», decía el texto del referendo firmado por más de dos millones.
El correspondiente proyecto de ley de iniciativa popular que convoca al referendo fue presentado al parlamento el 14 de octubre, a través del secretario general de la Cámara de Representantes. El trámite debía enfrentar cuatro debates, después de los cuales el parlamento debía expedir una ley convocando al referendo, al tiempo que la Registraduría debía definir una fecha para su realización.
Pero se atravesó el presidente Álvaro Uribe, fervoroso privatizador e interesado personalmente en que los textos de los referendos de origen popular que buscan reformar la Constitución puedan ser alterados por el parlamento.
Aunque ninguna norma lo dice ni explícita ni implícitamente, Uribe consideró que el parlamento sí puede «modular», es decir cambiar los textos ya firmados por la ciudadanía. Y así lo impuso a través de sus mayorías parlamentarias, mayorías que por cierto bordean la ilegitimidad, debido a los procesos por la «parapolítica».
Un afán de Uribe es que le ha ido mal con el movimiento ambientalista.
En alianza con otros sectores, sobre todo indígenas y negros, los ambientalistas le derrotaron su ecocida proyecto de Ley Forestal, lograron congelar su privatizadora Ley del Agua y su depredadora Ley de Páramos.
Por si fuera poco, a iniciativa de defensores de derechos humanos, en marzo le tumbaron por inconstitucional la Ley Rural, que buscaba desconocer la autonomía territorial de indígenas y comunidades negras y legitimar la apropiación violenta de millones de hectáreas de tierras de los desplazados.
Pero el principal afán de Uribe reside en que el referendo en torno a su propia reelección, que avanza también en el parlamento, quedó mal redactado y, si el texto no se «modula» en el parlamento, el actual presidente sólo podría presentarse a elecciones nuevamente en 2014 y no en 2010, como sería su ambición.
Escribe en su editorial del 24 de abril el diario conservador El Nuevo Siglo: «Los Referendos, al igual que los tratados internacionales, sólo pueden ser aprobados o improbados en su conjunto por el Congreso. Sería un galimatías que el pueblo, que es el directo jefe de los parlamentarios, quedara subyugado por sus subordinados.»
El Nuevo Siglo advierte que «incidir en el texto proveniente del pueblo es bordear el prevaricato», y habla de extralimitación de funciones. «No hay, pues, debate de ninguna índole al respecto: en la Constitución, ni en las leyes, el Congreso está autorizado para modificar los Referendos de iniciativa popular. Y como lo están haciendo a sabiendas de que no lo pueden hacer, se están enfrentando, evidentemente, a la posibilidad de ser denunciados ante la Corte Suprema de Justicia».
Si cambian tanto un texto que yo firmé, pues que le quiten mi firma. Si a pesar de todo sacan adelante ese nuevo texto espurio y convocan al referendo para aplicarse a sus inconfesables negocios que tienen previstos con el agua, pues el día de la votación me abstendré.
mayo 5th, 2009