Propuesta de punto final al secuestro como arma de guerra
16 de enero de 2008
El presidente Chávez planteó dejar de llamar terroristas a las FARC y al ELN y reconocerles estatus de beligerancia. El objetivo: comenzar a regular la guerra colombiana. Punto uno de la agenda: conseguir el compromiso de ambas guerrillas de poner punto final al secuestro extorsivo para financiarse (que ejercen los dos) y a la toma de rehenes civiles (acciones cometidas por las FARC entre 2000 y 2003, tragedia que aún perdura).
No había ocurrido el 11-S y las FARC y el ELN aún no eran “terroristas” para la Unión Europea, y sin embargo la polémica que desató López fue enorme. Del ex presidente se decía que ponía «a pensar al país», pero algunos comentaban con sorna: «lo malo es que no le hacen caso».
Así ocurrió con su propuesta de «beligerancia restringida» para las FARC.
“Muchos lo criticaron argumentando que dicha figura no tenía asidero en la normatividad internacional, que está en desuso, que el Artículo 3 Común a los Convenios de Ginebra la excluye”, recuerda Heyck, que pone el punto en lo que importa: El 11 de octubre de 1999, las FARC se pronunciaron al respecto validando la propuesta de López como viable.
Ese día, el bogotano diario El Tiempo publicó que Raúl Reyes declaró que, a cambio de la beligerancia, las FARC estarían dispuestas a revisar la práctica del secuestro, a buscar otros mecanismos de financiación y agregar algunas normas del DIH en su reglamento interno, escribe Heyck, quien compara la necesidad de neutralidad de parte del Comité Internacional de
“Lo importante no es cómo se les llame sino cómo actúen o empiecen a actuar”, escribe Heyck. Lo central “es que las FARC cumplan con los requisitos para ser beligerantes”.
Pero bueno, está bien. Comencemos por la guerrilla. Según eso, le tocará a ella dar el ejemplo.
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