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LA APIC CONDENA EL ATENTADO CONTRA EL PERIODISTA DE SEMANA RICARDO CALDERÓN
La Asociación de Prensa Internacional de Colombia (APIC) condena el atentado perpetrado con armas de fuego contra el periodista colombiano de la revista Semana Ricardo Calderón, quien salió ileso en la noche del primero de mayo, cuando se trasladaba en su vehículo desde la ciudad de Ibagué a Bogotá.
La APIC exhorta a las autoridades a investigar este suceso para evitar que el caso quede en la impunidad y así garantizar la búsqueda de la verdad y el libre derecho de expresión y de información en Colombia.
Asimismo, la APIC expresa su preocupación por la seguridad, no sólo de Ricardo Calderón, sino de todos los periodistas y reporteros que ejercen la profesión en el país, en especial en las zonas más vulnerables.
Bogotá, 2 de mayo de 2013
mayo 2nd, 2013
Si durante la nefanda noche uribista Daniel Pardo hubiera osado escribir que las FARC tienen un discurso político, quizá lo hubieran censurado hace nueve años, o cinco, y se hubiera ganado un capítulo en el Power Point del G-3 del DAS, donde se disponían y describían las operaciones ofensivas contra los disidentes: por ejemplo, llamar desde teléfono público a la periodista Claudia Julieta Duque y decirle que le iban a cortar los dedos a su niña y se los iban a esparcir por el apartamento.
De eso se salvó –se ha salvado por ahora- Daniel Pardo, quien hasta esta semana escribió columnas de opinión en Kien & Ke, portal virtual propiedad, que se sepa, de una señora que vende seguros y que le montó parte de la estrategia de medios a Uribe Vélez.
Aquí está la secuencia sobre la exclusión de Pardo de Kien & Ke, según recopilación del CEPER, Centro de Estudios en Periodismo de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes. Una lectura imperdible respecto al mismo asunto, y que me dio el título para esta entrada, es escrita por Carlos Cortés: “La salida de Daniel Pardo del portal Kien&Ke abre una ventana indiscreta a la intimidad de los medios”.
Por si acaso Kien & Ke elimina las columnas de Pardo de su archivo, me apresuro a reproducir (más abajo) un texto suyo en el que cuenta que descubrió que las FARC, efectivamente, tienen un discurso político. “Podrán decir que se trata del mismo discurso de siempre, pero yo nunca lo había oído. Tengo 27 años (…) Siempre había visto a los guerrilleros hablando desde la selva y con la intermediación de los medios de comunicación”, escribió Daniel Pardo.
Antes de reproducir la mencionada columna, quiero aludir a la mención que hace Pardo de Medios para la Paz (MPP), asociación profesional a la que pertenecí y a la que sus integrantes le pusimos fin hace unos seis meses. ¿Por qué se acabó MPP? Porque los financiadores llevaban ya un tiempo pretendiendo imponernos su agenda a cambio de su dinero. Una pésima costumbre que parece generalizarse en estos tiempos de crisis económica y “responsabilidad social empresarial”.
MPP no surgió después del fracaso del Caguán, como dice Daniel Pardo. Sino a finales de 1998, justo cuando comenzaba ese proceso de paz con las FARC y el fiscal general y el Procurador general de la época acusaron a los periodistas de ser un actor más de la guerra. Durante 13 años, MPP recorrió el país capacitando a miles de periodistas en el cubrimiento responsable del conflicto armado.
En parte estoy de acuerdo con el veredicto del joven Pardo: con demasiada frecuencia parece que en Medios para la Paz no logramos mayor cosa. Sin embargo, siempre he tenido y sigo teniendo la satisfacción de encontrar aquí y allá, sobre todo en el periodismo regional, semillitas sembradas por MPP.
Pero MPP no es el tema central en este artículo de Daniel Pardo que reproduzco. Sino la exclusión sistemática, en el periodismo colombiano, del punto de vista del contrario.
EXCLUSIVO: los guerrilleros son políticos
Por: Daniel Pardo
Podrán decir que se trata del mismo discurso de siempre, pero yo nunca lo había oído. Tengo 27 años y, por mucho, llevo diez parándole bolas a las noticias. Siempre había visto a los guerrilleros hablando desde la selva y con la intermediación de los medios de comunicación. Siempre que oía o veía noticias sobre un guerrillero se referían a él como “terrorista”, “genocida”, “narcoterrorista”, “matón”, “asesino”.
Hoy conocí, realmente, el discurso de los guerrilleros. Iván Márquez, el vocero de las Farc, tuvo micrófono por primera vez en una década y lo aprovechó como nunca: dijo que el paramilitarismo está asociado con el Estado, que el pueblo debe jugar un papel en el proceso de paz, que el conflicto termina si acaba la injusticia social, que el Estado colombiano tiene complicidad con multinacionales que han explotado a la gente en el campo. Omitió las matanzas, las minas antipersona, el narcotráfico, los desaparecidos y las innumerables víctimas de su ejército. Sin embargo, por primera vez en diez años pude ver a la guerrilla como ésta quiere que yo la vea. Como políticos.
Caí en cuenta de que durante los últimos diez años el discurso de las Farc ha estado censurado de los medios de comunicación. Se reportan las matanzas, pero las ideas con las que el grupo guerrillero pretende legitimar sus prácticas violentas se omiten del periodismo. Hoy, en la rueda de prensa que el gobierno colombiano dio con las Farc, parece que lo volvieron a hacer: cuando empezaron las preguntas a los guerrilleros, varios medios cortaron la trasmisión.
En las negociaciones de paz están hablando dos partes que se consideran a sí mismas legítimas. Son partes, digamos, iguales. Que consideran a la otra ilegal y están negociando. Los medios van a tener que representarlas así –y nosotros oír los discursos de ambos– si es que queremos darles las condiciones a los guerrilleros para que se dejen las armas. Ahora que supuestamente se van a reintegrar a la sociedad, lo último que podemos hacer es excluir su discurso.
Después del fracaso del proceso de paz en el Caguán, los colombianos nos llenamos de odio y se volvió parte de la normalidad decirles “los asesinos de las Farc”. Fue la misma época, principios de siglo, en que se produjeron los ataque a las Torres Gemelas en Nueva York y el mundo se volcó, de la mano del presidente George Bush, en una guerra “contra el terror” cargada de un discurso fundamentalista y polarizador que dividió al mundo entre el “eje del mal” y la supuesta legalidad. Los efectos de esa guerra dogmática hoy son incuestionables en muchas partes del mundo, incluido nuestro país.
El presidente que Colombia eligió para contrarrestar el fiasco del Caguán, Álvaro Uribe, seguía de cerca ese discurso de Washington y lo aplicó en Colombia con las Farc, que con prácticas de lesa humanidad le dieron cada vez más argumentos a Uribe para reforzarlo. Con una exitosa política de seguridad y comunicaciones que le dio mucha popularidad, Uribe logró inyectar el lenguaje polarizador en los medios y la gente: los periodistas que entrevistaban a las Farc, como Romeo Langlois y Hollman Morris, se volvieron “cómplices” y los políticos de izquierda, como Carlos Gaviria, se convirtieron en “marxistas disfrazados”.
Medios por la paz fue una ONG que se creó después del Caguán para pensar la manera como se iba cubrir el conflicto y no se repitieran los errores del pasado. Las investigaciones de la organización demostraron que el conflicto en Colombia estaba siendo muy mal cubierto: era amarillista, oficialista, parcial al tratar a la guerrilla y a los gobiernos. Hicieron todo tipo de talleres y foros para entrenar a los periodistas y crear modelos para cubrir el conflicto. Se hicieron manuales de estilo, cursos, debates. Hoy Medios para la paz no existe y, según lo que vimos hoy, sus revelaciones no sirvieron de nada.
¿Cuál es, acaso, la necesidad de tratar a los guerrilleros como iguales al gobierno y no rotularlos con adjetivos como “terrorista”, “genocida” o “asesino” durante el proceso de paz? Hay varias respuestas. Originalmente, las Farc se crearon como un ejército rebelde e ilegal de una gente que se sentía excluida del Estado y del debate público. El proceso de paz busca que se reintegren a la sociedad y salgan de la ilegalidad. Para eso, hay que incluir su discurso en el debate público y político, así sus palabras suenen anacrónicas, mamertas y hasta chistosas. Los guerrilleros creen, y en parte tienen razón, que el establecimiento colombiano también es “terrorista”, “genocida” y “asesino”. Y, para citar un ejemplo, está la Masacre de Segovia, que acabó con un partido político, la Unión Patriótica, que se había armado después de un proceso de paz en el 84.
Tal vez odiemos el discurso de los guerrilleros. Pero es un discurso. Y, si queremos jugar a la democracia, vamos a tener que oírlo. Como dijo De la Calle hoy, “si las Farc quieren un cambio en el sistema tendrán que presentarse a elecciones y cambiarlo”. “La gente debe decidir a quién le cree más: a las Farc o al gobierno. Por eso los medios deben transmitir ambos puntos de vista”, dijo hoy el periodista y profesor Javier Darío Restrepo. Les tengo una chiva: los guerrilleros son políticos.
octubre 23rd, 2012
Vanesa Coicué, una niña nasa de 11 años, pereció el 16 de septiembre de 2011 en su propio hogar, en el Norte del Cauca. El ejército y las FARC combatían, literalmente, en el jardín de su casa. Un proyectil relleno de metralla, para hacer el mayor daño posible, estalló a dos metros de la vivienda de madera. Foto Constanza Vieira/ IPS
A la misma hora en que Juan Manuel Santos y las FARC anunciaban desde Bogotá y La Habana el inicio de conversaciones de paz, varias de las comunidades que más han sufrido en Colombia enviaron hoy una carta conjunta al presidente colombiano y a los jefes de las dos guerrillas, las FARC y el ELN.
La misiva proviene del Centro y Norte del Cauca, Chocó, Antioquia, Meta, Putumayo, Caldas y Valle del Cauca.
Las comunidades proponen cinco puntos:
Cese bilateral del fuego, garantías para la libertad de expresión y participación física en espacios definidos para hacer propuestas, incluida una Comisión de la Verdad.
Además, la satisfacción básica de algunos derechos con base en la redistribución de los recursos que se destinan a la guerra. La idea es también que los recursos de cooperación internacional se destinen, entre otros, a la Comisión de la Verdad.
Finalmente, piden que los acuerdos de paz que se logren sean refrendados en un referendo o mediante una Constituyente.
Esta es la carta.Diversos lugares de Colombia, septiembre 4 de 2012
Doctor JUAN MANUEL SANTOS Presidente de Colombia
Señor TIMOLEÓN JIMÉNEZ Secretariado de las FARC – EP
Señor NICOLÁS BAUTISTA Comité Central ELN
Nos llena de esperanza el haber conocido el acuerdo de aproximación entre la guerrilla de las FARC y el gobierno nacional de Santos y la reiteración del ELN de ser parte de un proceso. Respaldamos la disposición de las partes para dar fin al conflicto armado. Y esperamos que prontamente se habiliten acuerdos de aproximación para la discusión con el ELN.
Nosotros hemos vivido los efectos de la guerra, habitamos en zonas de conflicto armado, hemos sido víctimas de crímenes de Estado, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y de graves infracciones al derecho humanitario, en particular, los crímenes de Estado y las operaciones empresariales que han beneficiado a despojadores, operadores extractivistas, ganaderos, palmeros y compañías de infraestructura se encuentran en absoluta impunidad.
Seguimos siendo víctimas de confrontaciones armadas, de hostilidades, de planes de consolidación, de montajes judicializaciones con falsos testigos, de permanentes chantajes, del uso de medios de guerra proscritos por el derecho internacional, tras de los cuales se continúan beneficiando sectores empresariales y políticos. Esos costos inenarrables, muchas veces desconocidos, exigen su cese definitivo. Tomar la decisión de prolongar la guerra es continuar haciendo inviable el país incluyente y democrático que por más de 60 años nos ha sido negado por intereses de poder inconfesables. Algunos calculan que continuar la guerra para someter a las guerrillas significaría 20 o 30 años más de derroche militar, calculando una derrota por vía militar o mejor reducción del movimiento armado eso es reprochable cuando se puede dialogar y concertar
Muchas de nuestras situaciones por efectos del conflicto armado han sido conocidas por Colombianas y Colombianos por la Paz en su labor por la paz con justicia que dan fe de estas graves condiciones que general el conflicto armado. Conocen y han escuchado lo que ha significado en costos en vidas humanas, en costos sociales, ambientales y económicos está guerra que va a cumplir cerca de 50 años.
Igualmente hemos ido construyendo propuestas frente a la impunidad y la verdad en la Comisión Ética de la Verdad y otras iniciativas compartidas con el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado.
Hemos constituido y desarrollado propuestas técnicamente asesoradas y probadas de enfrentamiento de la impunidad, de protección ambiental, de producción económica alimentaria, de protección del agua, de acueductos comunitarios, de educación propia, de vivienda saludable, de comunicación radial y televisiva, de salud que son mejoramiento de la calidad de vida de propuestas para enfrentar la pobreza y la exclusión y que proyectas acuerdos comerciales democráticos.
Creemos que cualquier proceso de diálogo hacia la paz debe enfrentar problemas estructurales algunos de ellos consignados en los temas de la agenda, y otros que han quedado excluidos: la definición democrática del uso del suelo urbano, la impunidad jurídica y socio cultural que requiere un nuevo aparato judicial, la democratización en la propiedad y acceso a la información, entre otros.
Somos conscientes, y no por esto pesimistas, que el país no cambiará por acuerdos políticos en las conversaciones, será seguramente unos acuerdos que posibiliten avanzar en la construcción de un nuevo modelo democrático en lo político, lo social, lo económico, lo ambiental.
Se requiere mucha generosidad no solamente para cesar la militarización y propiciar un desarme, una desmentalización de la lógica de la seguridad nacional que ha dado origen incluso al paramilitarismo y la persecución judicial. Se requiere generosidad de empresarios, de la clase política y dirigente y un acuerdo por una información veraz que no afecte la decisión que apoyamos todos que la guerra debe terminar.
Será un avance hacia la paz el que se reconozcan los problemas estructurales que persisten y los que requieren ejercicios de gobierno transversal, horizontal, transparente con voluntad de cambio en la destinación de los recursos del Estado, entre ellos las regalías, y la aplicación de una política pública que proteja a la totalidad de las y los colombianos.
Ya hemos visto como una Constitución como la del 91 logró proteger un conjunto de derechos, pero también, como en su oposición y desestructuración, factores de poder han intervenido para limitar e imposibilitar la satisfacción de derechos de las mayorías y mantener un orden injusto, excluyente. O como, la llamada de ley de víctimas siendo un avance en algunos aspectos, hoy está siendo inviable por factores de poder interno como el neo paramilitarismo y los enfoques de desarrollo de la “prosperidad”.
Proponemos frente a los acuerdos de aproximación ya conocidos, y frente a lo que eventualmente se conozca en Oslo que se defina:
1. Un cese bilateral del fuego. Este debe ser incluyente y exigible a las fuerzas regulares y a los disidentes armados. Esta deberá ser de manera expedita y pronta, con verificación de las propias comunidades, la Defensoría del Pueblo, y algún ente internacional.
2. Garantías para nuestra libertad de expresión. La persistencia del conflicto armado, las operaciones de tipo paramilitar, la persecución judicial y de periodistas imposibilitan que expresemos en libertad o con serias limitaciones nuestro pensar, nuestras actividades cotidianas laborales. Estas son razones importantes para que se de un cese al fuego, se posibilite nuestra participación y podamos creer en el proceso. Es fundamental el cumplimiento de aspectos referente a estructuras criminales e igualmente la necesidad de tener acceso ya a medios de información públicos y privados.
3. El derecho a la paz es de todas y de todos. El Acuerdo habla de recepción electrónico y por medios físicos como medio de participación de la sociedad civil, esa expresión es importante, pero imprecisa y da a equívocos.
Debemos tener nosotros espacios precisos donde discutamos nuestras apuestas territoriales, las que tienen viabilidad técnica y solo se requiere voluntad política de escucharlas, de discutir y asumirlas en acuerdos para salidas socio ambientales al conflicto armado.
Requerimos saber de qué manera, por ejemplo, nuestras propuestas de habitación, de protección territorial, de respeto a la riqueza biológica y ecosistemas, de comisión de verdad, de reforma al aparato judicial, de no a la minería como definición del uso del suelo en zonas de reserva forestal y de páramos es presentada, discutida y concertada.
Sabemos que se requiere eficacia, pero ya tenemos la madurez necesaria para que esta se traduzca en propuestas concretas, viables, verificables
4. Satisfacción básica de algunos derechos con base en redistribución del PIB. Urge una redefinición del destino de los recursos que se usan en la guerra y de otros rubros que se financian por tributación directa e indirecta, una redistribución del PIB y de los de la cooperación internacional desde el 2014 y por 10 años, en los que nuestras propuestas de habitación, de producción, de Comisión de Verdad, de educación, sean incluidas. Una redefinición del gasto serán los que propician la viabilidad de la exclusión con una nueva mentalidad en los acuerdos comerciales y en la que se limiten seriamente las operaciones extractivas.
Esa paz con justicia será procesal, si existe voluntad de cambio
5. Mecanismos de Refrendación de los acuerdos con participación directa Constituyente o Referendo. El gobierno de Colombia y las guerrillas representan algunos intereses, de algunos sectores urbanos y rurales colombianos, pero no necesariamente en las partes se ven reflejados todas nuestras exigencias, nuestros derechos y propuestas en su integralidad, así existan puntos de coincidencia. Si se logran acuerdos, insistimos, que no van a cambiar los factores estructurales, pero si cimentar las bases procesales a la paz, lo que es nuestro deseo, es que estos sean refrendados por algunos de estos mecanismos de participación directa como los arriba propuestos, esto supone una reforma al sistema electoral y los mecanismos de participación política con acceso libre y permanente a medios de información.
Hay una crisis de representación del poder legislativo de los intereses de los colombianos, lo que se ha hecho evidente en las movilizaciones sociales o en el hundimiento a la reforma a la justicia reflejando la capacidad de corrupción en diversas instancias institucionales, así que la carta de acuerdos hacia la solución del conflicto implica su refrendación por otros mecanismos de representación y de participación.
Es hora de empezar en la reconstrucción del país, en fortalecer lo que hemos ido construyendo las víctimas, de lo contrario un proyecto de país en paz será imposible para las próximas generaciones. La paz es una democracia para todas y todos con justicia integral en un proceso que debe empezar pronto, con realismo y eficacia estructural.
• Asociación campesina agroecológica Huerto Renacer, municipio de Sucre Cauca
• Asociación campesina agroecológica Bien Andante, municipio de Sucre Cauca
• Asociación de familias víctimas de desplazamiento forzado del municipio de Argelia Cauca
• Asociación de familias víctimas de ejecuciones extrajudiciales «Sembradores de Paz» san Antonio, Inza Cauca
• Escuela de Derechos Humanos Zona de Encuentro, Autonomía y resistencia Nasa, resguardo san Francisco Toribio Cauca
• Resguardo Humanitario Ambiental – Urada Jiguamiando – So Bia Drua – Pueblo Embera
• Zona humanitaria El Castillo, Comunidad de Vida y Paz – CIVIPAZ- Meta
• Zona de Reserva Campesina Perla Amazónica – ADISPA – Putumayo
• Consejo Regional del Pueblo Nasa del Putumayo
• Zonas de Biodiversidad Grupo Porvenir – Putumayo
• Comunidades de Autodeterminación Vida y Dignidad – CAVIDA-Chocó
• Comunidad de Vida y Trabajo “La Balsita”- Dabeiba
• Asociación de Zonas Humanitarias y de Biodiversidad de la cuenca del Jiguamiandó, y Curvaradó-Chocó
• Asociación de Víctimas de la Violencia de Riosucio, CLAMORES
• Consejo comunitario de la comunidad negra del rio Naya – Valle
• Resguardo indígena Santa Rosa Guayacán Pueblo Nonaam – Valle
• Asociación agroecológica Esther Cayapú. ASUAESCA – Trujillo – Valle.
• JUBCA. Jóvenes unidos por el Bajo Calima-Valle
septiembre 4th, 2012
El Estado Mayor del Frente 15 del Bloque Sur de las FARC parece insistir en la calidad de “prisionero de guerra” del corresponsal de France 24 Roméo Langlois, según uno de los dos textos leídos ante las cámaras de Karl Penhaul por el guerrillero Ancízar.
VIDEO Karl Penhaul en el lugar de la noticia
Penhaul viajó al lugar y obtuvo en video una declaración adicional de Ancízar: “…hemos concluido que, efectivamente, es francés; que se llama Roméo Langlois; que es periodista. Y con esta información esperamos que prontamente superemos este impasse”.
Desde Bogotá podríamos parafrasear a Ancízar: concluimos que, efectivamente, a Roméo lo tienen las FARC; que lo tiene el Frente 15; y que, al momento de llegar Penhaul a la zona, no existía aún una posición del secretariado del estado mayor de las FARC sobre el caso del corresponsal de France 24. Es por esa razón que el Frente 15 no tiene nada qué agregar oficialmente, más que su parte de guerra y su comunicado de fecha lunes 30 de abril.
Así que seguimos esperando respeto al cubrimiento periodístico independiente, como lo expresamos varios periodistas en un comunicado el miércoles.
Teniendo en cuenta la creciente censura en Internet, trascribo aquí lo dicho por Ancízar frente a la cámara de Karl.
“Mi nombre es Ancízar. Conocido popularmente como “Monazo”. Soy comandante de escuadra del Frente 15. A continuación les voy a leer un comunicado.
Marchando hacia la libertad
Parte de guerra
1. El día 28 de abril, unidades del Bloque Sur combatieron con una patrulla del ejército y la policía durante siete horas, en la vereda La Libertad, inspección de La Unión Peneya, municipio de Montañita, Caquetá.
Desde el inicio del combate, el ejército y la policía fueron apoyados por cinco helicópteros, el avión fantasma, dos bombarderos Tucano y un avión de la policía nacional. Durante el combate, el ejército tomó como trinchera las casas de los civiles. Varias casas de los campesinos fueron averiadas por la aviación, que sin ningún pudor disparaba indiscriminadamente.
2. El día 29 de abril, unidades del Bloque Sur dieron de baja a dos agentes de la SIJIN, que se encontraban atropellando a la población civil en la carretera Paujil- Montañita.
Resultados: tres helicópteros averiados. 19 bajas entre ejército y policía. 12 profesionales heridos. Material de guerra recuperado: un fusil M4-M16. Tres fusiles Galil H-55. Un cañón para ametralladora. Dos granadas de mano MK-26. Catorce proveedores. 800 cartuchos calibre 5.56. Cuatro equipos de campaña. Tres riatas. Dos chalecos. Dos visores nocturnos. Una cámara digital y abundante material de inteligencia. Novedades guerrilleras: tres guerrilleros asesinados, un guerrillero herido levemente.
Comunicado
El frente 15 informa a la opinión pública que el periodista francés Roméo Langlois, uniformado de militar y capturado en pleno combate, está en nuestras manos. Es prisionero de guerra. Está levemente herido en un brazo. Se le ha prestado la atención médica necesaria y está fuera de peligro.
Estado Mayor Frente 15, bloque sur de las FARC-EP, montañas del Caquetá, abril 30 de 2012.”
–Karl Penhaul: Pero, Monazo, cuéntenos qué es lo nuevo que nos puede contar de Roméo Langlois, sobre su situación.
Monazo: No estoy autorizado para dar declaraciones, por organismos superiores. Pero basado en el comunicado, lo nuevo que les puedo contar es que, por información de amigos tuyos, periodistas –información que llega directa–, con esa información hemos concluido que, efectivamente es francés; que se llama Roméo Langlois; que es periodista. Y con esta información esperamos que prontamente superemos este impasse.
mayo 6th, 2012
Los colegas de Roméo Langlois en Ciudad Juárez emitieron un comunicado en el que subrayan que los periodistas «no somos el enemigo». “La información es un bien público y sólo trabajamos ejerciéndola”, dice la declaración:
Libertad para Roméo
Los firmantes, periodistas y corresponsales que trabajamos o hemos cubierto información en Ciudad Juárez, integramos el Colectivo “Nos conocimos en Juárez” con el fin de pronunciarnos por la inmediata liberación del colega francés Roméo Langlois, quien fue detenido por integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el sábado 28 de mayo en el sur de ese país y tomado como “prisionero de guerra” mientras cubría un operativo antinarco.
Roméo estuvo en Ciudad Juárez en octubre del 2010, durante seis días, para cubrir el nombramiento de Marisol Valles García, titular de Seguridad Pública del Municipio de Práxedis G. Guerrero, una localidad azotada por la delincuencia que se ubica al oriente de la mancha urbana.
En esa ocasión muchos de nosotros coincidimos con él y conocimos en Langlois al excelente ser humano que es, así como al periodista profesional y apasionado por su labor.
Otros no lo conocemos personalmente, pero igualmente hemos desarrollado trabajo periodístico en Ciudad Juárez con colegas que son sus amigos, por lo que apoyamos su liberación.
Demandamos y exigimos a las FARC la inmediata liberación del comunicador, es necesario recordarles que Roméo, y los periodistas en general, no somos el enemigo. La información es un bien público y sólo trabajamos ejerciéndola para lograr o preservar la democracia en nuestras sociedades.
El Colectivo se une a las voces que han hecho esta demanda, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Unión Europea, el Comité para la Protección de los Periodistas, la Unión Sudamericana de Corresponsales, Reporteros sin Fronteras, la Asociación Colombiana de Editores de Diarios y Medios Informativos (Andiarios) y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, entre otros.
Araly Castañón Leos/El Diario de Juárez/ Ciudad Juárez, Méx.
Rubén Alejandro Bringas García/ El Universal y EFE/ Ciudad Juárez, Méx.
Julio César Aguilar/Agence France Presse AFP/ Monterrey, Méx.
Fabio Cuttica/Agenzia Contrasto (Italia)/ México
Jacobo García/ periódico El Mundo de España/ México.
Javier Manzano/ Polaris Images/ Estados Unidos
Ricardo López/ The Associated Press/ Distrito Federal, México
Jesús Alcázar / Agence France Presse/ Ciudad Juárez, México
mayo 4th, 2012
Este sábado 5 de mayo suman ocho días sin saber nada de Roméo Langlois. Nuestro colega y amigo desapareció el 28 de abril en Unión Peneya, Caquetá, en medio de un combate entre las FARC y hombres del comando Jungla antinarcóticos, una fuerza elite combinada.
De ahí en adelante solo conocemos la versión de distintos militares. El ejército, inicialmente, le concedió autenticidad a un anuncio leído por una supuesta guerrillera, que declaraba a Langlois “prisionero de guerra”. Luego se desdijo.
Un puñado de periodistas que cubrimos la guerra colombiana desde el barro; desde el Congreso de la República; desde las audiencias en los juzgados, o desde alguna redacción económica, emitimos un comunicado de respaldo a Roméo Langlois.
Afirmamos qué es nuestro oficio y cómo funciona, y afirmamos quién es Roméo Langlois
Lo queremos de nuevo en casa -y trabajando- tan pronto las condiciones de seguridad lo permitan.
COMUNICADO DE RESPALDO A ROMÉO LANGLOIS
3 de mayo de 2012
Nosotros, periodistas que cubrimos en terreno el conflicto social y armado colombiano, exigimos el respeto a la vida, la libertad y la integridad física de nuestro colega Roméo Langlois, corresponsal de France 24 y colaborador del diario Le Figaro de Francia.
Nos permitimos enfatizar que, de acuerdo con las normas del Derecho Internacional Humanitario, los periodistas, incluso aquellos que en el marco de una misión peligrosa acompañan a un ejército o a un grupo armado, o hacen uso de su apoyo logístico, no pierden su condición de civiles protegidos y como tales deben ser tratados en todo tiempo y lugar.
Roméo Langlois no es un “corresponsal de guerra” según el Derecho Internacional Humanitario, puesto que no trabaja para la ventaja militar o propagandística de ningún bando. El hecho de viajar con uno de los actores armados es parte de la labor periodística y no significa una pérdida de independencia.
Langlois ha cubierto con dedicación todos los aspectos del conflicto, los intereses económicos que lo sostienen, sus distintos actores armados, y sus víctimas. Junto con su colega, la periodista Pascale Mariani, ha recorrido e informado sobre Colombia con lealtad, sensibilidad e inteligencia. Y sobre todo, con independencia.
Esperamos su regreso a casa tan pronto las condiciones de seguridad lo permitan, como una muestra de respeto al cubrimiento periodístico independiente.
Firman:
Alejandra de Vengoechea, corresponsal diario ABC de España
Alexander Marín Correa, periodista judicial El Espectador, Colombia
Alfredo Molano Bravo, El Espectador
Álvaro Sierra, editor general de revista Semana, Colombia
Armando González, jefe de redacción de El Nuevo Siglo, Colombia
Arturo Guerrero, columnista de El Colombiano
Arturo Wallace, corresponsal de BBC World Service en Colombia
Blake Schmidt, corresponsal de Bloomberg News en Sao Paulo
Boris Heger, France 24, Francia
Carlos Lozano, director del semanario Voz, Colombia
Claudia Julieta Duque, corresponsal de Radio Nizkor en Colombia
Constanza Vieira, corresponsal en Colombia de Inter Press Service, Italia
Diana Delgado, corresponsal de Argus Media, Gran Bretaña
Edelmiro Franco, corresponsal jefe, Notimex/Colombia
Gerhard Dilger, corresponsal del diario alemán taz en Brasil
Giovanni González Arango, reportero de la emisora La FM, Colombia
Gonzalo Guillén, periodista independiente. Presidente en Colombia del Instituto Prensa y Sociedad, IPYS
Helda Martínez, periodista en Colombia de Inter Press Service
Jenny Carolina González, corresponsal en Colombia de América Economía, Chile
Jesús Abad Colorado, reportero gráfico independiente, Colombia
Jim Wyss, corresponsal en Colombia del Miami Herald, Estados Unidos
Jineth Bedoya Lima, subeditora Judicial El Tiempo, Colombia
John Otis, corresponsal en Colombia de la revista Time, Estados Unidos
Jorge Iván Posada Duque, editor de Paz y Derechos Humanos de El Colombiano
Juan Álvaro Castellanos, corresponsal en Colombia de La Voz de América, Estados Unidos
Juan Forero, corresponsal para Suramérica del Washington Post, Estados Unidos
María Jimena Dusán, columnista de Semana
Marta Ruiz, ex editora de seguridad y justicia, asesora editorial de Semana
Matthew Bristow, jefe de redacción de Bloomberg News en Colombia
Nadja Drost, corresponsal en Colombia de GlobalPost, Estados Unidos
Óscar Escamilla, corresponsal en Colombia de la Agencia Italiana de Noticias ANSA
Pascale Mariani, France 24
Patricia Uribe, periodista de Noticias Uno, Colombia
Sandra Weiss, Die Welt y Tagesspiegel (Alemania) y Der Standard (Austria), corresponsal en América Latina
Sibylla Brodzinsky, corresponsal The Economist y The Guardian, Gran Bretaña
Simone Bruno, corresponsal France 24 en Colombia
Stephen Ferry, fotógrafo independiente, Estados Unidos
Susan Abad, corresponsal de El Comercio, Perú
Toby Muse, corresponsal de Al Jazeera, Qatar
Wies Ubags, corresponsal de la agencia de prensa ANP, Holanda
mayo 4th, 2012