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Este titular igualito se hubiera publicado en este blog en septiembre de 2004, si en esa época yo hubiera tenido un blog. Cambian solamente los nombres: ahora, renunció Ernesto Rojas Morales. Hace tres años, su antecesor César Caballero.
Caballero dijo claramente que renunció a la dirección del Departamento Administrativo Nacional de Estadística porque recibió «una orden que moralmente me siento incapaz de cumplir”.
¿Quién la dio? El entonces jefe de prensa de Presidencia, y hoy presidente de la Comisión Nacional de Televisión, Ricardo Galán.
El periodista Galán –por indicación del entonces asesor de imagen de Uribe y hoy embajador en Argentina, Jaime Bermúdez – se opuso a que el DANE revelara una encuesta sobre violencia e inseguridad.
Entendible. El gobierno Uribe –y el área entonces a cargo de Bermúdez en especial – trabajan en hacer creer a los colombianos que bajo la mano férrea de la Seguridad Democrática están más seguros.
Una encuesta del DANE con resultados en contrario, pues cómo se iba a publicar.
En su carta de renuncia, Morales es menos directo que Caballero: cita el cuarto principio fundamental de la ONU sobre estadísticas oficiales, que dice que “Los organismos de estadística tienen derecho a formular observaciones sobre interpretaciones erróneas y la utilización indebida de las Estadísticas”.
“Utilización indebida de las estadísticas…” ¿Por parte de quién? Morales no ha contado, pero ya se sabrá.
Apenas menciona “a algunos directivos del Departamento Nacional de Planeación”, que intentan “interferir la indispensable autonomía técnica de la Institución”, e incurren “en algunas acciones que denigran de la calidad de los datos estadísticos producidos por el DANE”.
Por si lo anterior fuera poco, el sucesor que más “suena” para el DANE es Mauricio Santamaría, ex subdirector de Planeación.
Todo eso es muy grave y a mí me afecta, como periodista que quiere cubrir el cumplimiento del gobierno nacional en los compromisos que Colombia ha asumido internacionalmente en materia de Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Pero, la verdad, no sé a qué calidad de los datos estadísticos del DANE se refiere Morales. Esta ya está puesta en duda, por ejemplo en el censo 2005-2006 que dirigió él mismo.
El 12 de agosto en el diario bogotano El Tiempo, Stefano Farne, del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado de Colombia, puso un ejemplo de falta de confianza en los datos del censo.
Resulta que el DANE reportó en su censo que había más “doctores” (personas con estudios de doctorado o Ph. D.) en el noroccidental departamento del Chocó que en Bogotá.
Las cifras concretas estaban disponibles en la página del Dane en Internet: 129 “doctores” por cada cien mil habitantes en Chocó, 106 en la capital colombiana.
La calidad de vida del Chocó ha sido comparada con los más bajos índices del continente africano por Jan Egeland, sub secretario general de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios y Coordinador de Atención de Emergencias.
Según el censo de Morales, también había cantidades de “doctores” en los departamentos selváticos de Guainía, Putumayo, Amazonas y Guaviare, y en el petrolero Arauca, fronterizo con Venezuela.
Cuando investigadores como Farne protestaron, la solución del director del DANE fue sencilla, rápida, sin traumatismos.
Simplemente borró de Internet los datos desagregados de Ph. D. por departamento, y los sustituyó por “una única cifra de posgraduados que, ‘correctamente’, mezcla especializaciones, magísteres y doctorados”, escribió Farne.
El problema del censo 2005-2006 es que no fue un censo real, sino de percepción, como las encuestas sobre seguridad.
¿Se siente más seguro usted con un helicóptero Black Hawk sobrevolando su vecindario?
Los que pagan el impuesto de guerra dirán que sí. Los habitantes de una zona agraria que sufre los efectos de la guerra dirán que no, y también los que desconfiamos de la violencia como recurso para arreglar las cosas. Eso es “percepción”.
Por cierto, el universo que cubren las encuestas telefónicas sobre popularidad solamente tienen en cuenta al 30 por ciento de la población colombiana: la más pudiente, la que tiene teléfono fijo.
Para las políticas que se basan en la “percepción”, la manipulación de cifras y encuestas es asunto estratégico.
En Colombia hay centenares de miles de “doctores”, si no millones. Todos los que en una oficina no son mensajeros ni secretarias, ni señora de los tintos, son “doctores” y “doctoras”, sobre todo en el servicio estatal.
Así que en Chocó, Guainía, Putumayo, Amazonas, Guaviare y Arauca, seguramente todos los que trabajan en una oficina o pisaron una universidad se reportaron en el censo como “doctoras” y “doctores”.
El día en que me correspondió el censo, entró a mi casa una chica muy querida a hacerme preguntas que tenía listadas en un aparatito. La suerte quiso que no me tocara el cuestionario ampliado, sino el más breve.
Estaba de visita una periodista alemana amiga mía, que vive en Bonn y habla perfecto español. Se escandalizó. Según ella, esas no eran preguntas de un censo poblacional, sino más bien propias de un empadronamiento.
La chica me preguntó, por ejemplo, mi número de identificación.
Aunque todo estaba a la vista, ella misma no respondía las preguntas: de qué material está hecho el suelo de su casa, las paredes, etc.
Hasta que, a la pregunta de si yo me consideraba de raza negra, contesté que sí, y ella lo anotó, aunque mi piel es casi del color de la leche.
Le inquirí por qué lo hacía, y me contestó que esas eran sus instrucciones.
El episodio dio pie para que nos contara que ella no estaba de acuerdo con ese censo, pero que necesitaba el dinero y que, encima, les estaban incumpliendo la paga.
La despedimos pronto para no hacerla sentir peor.
Ahora, Galán, junto con la ministra de Comunicaciones, anda encabezando debates muy publicitados, que argumentan “democracia” y falta de calidad de la TV privada, acerca de la necesidad de un tercer canal privado.
Mientras, su jefe, el presidente Uribe, se reúne con el dueño del Canal RCN, Ardila Lülle, quien le dice, palabras más, palabras menos, que apoyará su segunda reelección siempre y cuando deje los canales quietos.
Pero ese es otro temita.
septiembre 8th, 2007
El 17 de agosto, organizaciones sociales del oriental departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, cuentan cómo va el paro armado decretado por las FARC desde el día 5, y que no se menciona en los medios nacionales.
En primer término, “los campos de exploración y explotación petrolera funcionan a toda marcha”, afirman.
Veamos qué pasa con la gente que vive del sustento diario, según un comunicado recibido este viernes en la tarde:
Los arroceros han perdido más de la mitad de sus cosechas.
El plátano, producto perecedero, se está pudriendo.
La leche, sustento básico de la economía campesina en la región, no se puede distribuir, como tampoco los demás productos agropecuarios.
Los colegios agropecuarios y escuelas rurales mantienen interrumpidas las actividades académicas y técnicas.
El comercio está desabastecido de los alimentos básicos de la canasta familiar, y hay especulación en el precio de los productos.
Hay restricción vehicular. Han sido quemados “algunos vehículos, cuyos propietarios son gente humilde y trabajadora de la región”.
Los transportadores, como otros sectores, suelen participar en jornadas y procesos de desarrollo de la comunidad. El paro ha impedido que la gente se movilizara, por ejemplo, para “rendir un póstumo y solemne homenaje a los centenares de compañeros caídos”, como los sindicalistas Alirio Martínez, Jorge Prieto y Leonel Goyeneche, ejecutados extrajudicialmente el 6 de agosto de 2004 por un comando contraguerrilla de la Brigada 18 del ejército.
Ante este panorama, el comunicado exige a las FARC “que levante el paro armado, pues consideramos que, además de estar afectando a la población araucana, ha obstaculizado el legítimo derecho que tenemos las comunidades organizadas a movilizarnos y expresarnos”.
En su punto 8, hace esta referencia:
“8. Reconocemos que en nuestro país hay un conflicto armado. A la vez, instamos a las FARC a que respete y aplique el artículo 3 común de los acuerdos de Ginebra, en el sentido de respetar y proteger a la población civil”.
El mensaje fue distribuido por la Red de Hermandad y Solidaridad – Colombia
agosto 17th, 2007
El ministro de Defensa Juan Manuel Santos definió en entrevista del 12 de agosto en El Tiempo a qué se dedican (dedicaban. El ministro habló en pasado) los paramilitares:
-Actividades contrainsurgentes, masacre de la población para atemorizarla y quitarle apoyo político a la guerrilla.
Así las cosas, todo queda requeteclaro. Gracias, ministro.
agosto 12th, 2007
“Entendemos tu dolor porque lo hemos vivido, lo hemos sentido en carne propia. Muchos de nuestros padres y madres han sido desaparecidos, asesinados, torturados”, escriben Hijos e Hijas por la memoria y contra la impunidad a Carolina Charry, hija del diputado rehén Carlos Alberto Charry, muerto el 18 de junio junto con otros 10 diputados rehenes de las FARC. Las palabras de Carolina durante la manifestación de rechazo a la matanza, al secuestro y por la libertad, fueron calificadas de “infames” por el ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín.
Querida Carolina,
Sabemos que estos últimos días, desde que te enteraste de la muerte de tu padre, han estado marcados por el profundo dolor de una ausencia que no te explicas, por la rabia, la impotencia y la tristeza. Una rabia que es justa, normal, atinada. Una rabia que no le quita valor a tus palabras ni objetividad, ni razón ni fundamento político. Imaginamos la indignación y el dolor que debiste experimentar cuando tus palabras fueron calladas por unos tantos que no entienden que la vía negociada es la única que le queda a Colombia para evitar más muertos, más padres y madres ausentes, la profundización cada vez más irracional de la guerra y de las exclusiones y desigualdades. Sabemos también de cómo debiste sentirte cuando el Ministro del Interior y Justicia, quitó de tus manos y tu boca el derecho que tiene todo ciudadano y ciudadana a la palabra, a plantear su punto de vista, a discutir con argumentos, pues esos – fuesen los que fuesen –, deben ser rebatidos con respeto.
El Ministro hizo alarde de múltiples fuerzas que le confieren la cultura y la sociedad colombiana. Además de comportarse como un patriarca, es un adulto que desconoce tus saberes porque no son iguales a los suyos y quizás porque profundamente te teme. Teme a una juventud que no le juega a la mano firme, que no se paraliza a pesar de tantos signos de represión y obstáculos puestos. Por supuesto, él también se vale del poder que le otorga su cargo, siempre a la defensa, y de un discurso de guerra que juega con la falta de claridad política y los deseos de paz de un pueblo que vive embaucado por los medios de comunicación.
Nos unimos a tu lucha, que es nuestra lucha. Nos unimos a todos aquellos que se sienten estafados, burlados, utilizados por las marchas del pasado 5 de julio. Al clamor de los familiares de las y los secuestrados, y el de todos los que consideramos necesaria la concreción de los Acuerdos Humanitarios y procesos de acercamiento para el diálogo y la negociación del conflicto armado. El gobierno nacional utilizó una iniciativa que posicionaba los Acuerdos Humanitarios, para concitar el repudio natural de cualquier ciudadano cuerdo a la violencia y la privación de la libertad como recurso político; para ratificar su posición militarista, salir triunfante, ileso, sin responsabilidades por el asesinato de los 11 diputados del Valle.
Carolina, alza tu cabeza, que veamos tu rostro, mantente erguida. Llora cuando quieras, grita, desespera, permítete quebrar cuando sea necesario. Toma aliento, porque esta lucha es larga. Entendemos tu dolor porque lo hemos vivido, lo hemos sentido en carne propia. Muchos de nuestros padres y madres han sido desaparecidos, asesinados, torturados. Lo entendemos porque desde ese dolor también hemos hecho valer nuestra voz y porque igualmente hemos sido señalados y callados. Algunos y algunas nos dicen radicales, descalifican nuestras palabras y reivindicaciones porque dicen que están pasadas por el dolor o porque son dichas con voces jóvenes, nos niegan nuestro carácter de interlocutores válidos.
Así hizo el Presidente Uribe al referirse a la hija de Ingrid Betancourt hace algunos días; así lo harán algunos de quienes te rodean, incluso las y los más cercanos. Carolina, no te dejes desanimar, la política siempre ha estado pasada por los sentimientos, valientes nosotros y nosotras que lo reconocemos, eso no le quita validez a los argumentos, al contrario, los nutre.
Hemos vivido de múltiples formas lo que experimentaste el pasado jueves. Lo hemos vivido cotidianamente cuando vemos que en la historia se niega la vida de nuestros padres, madres, familiares y de las colectividades a las que pertenecieron. Lo entendemos porque diariamente nos enfrentamos a un uso parcial de los medios de comunicación, los cuales son fundamentales para definir qué se olvida y qué se recuerda, qué se dice y qué se calla. Con relación a las marchas del 5 de julio se calló tu voz, la nuestra y la de cientos de personas que exigimos el Acuerdo Humanitario.
Carolina, hermana, si así permites que te llamemos, somos Hijos e Hijas por la memoria y contra la impunidad, estamos andando caminos de lucha, queremos un país en cuya historia estemos incluidos, que allí nuestras voces y versiones del devenir histórico de Colombia tengan lugar. Somos Hijos e Hijas de una generación silenciada de varias formas, por lo cual queremos justicia y condenamos la impunidad. Somos una generación de jóvenes que queremos plantear alternativas al país: a los movimientos sociales, a los partidos, a las organizaciones de paz, a las y los ciudadanos en general. Con un fuerte abrazo de muchas hermanas y hermanos, con la energía que nos da nuestra apuesta, te rodeamos en este duro momento por el cual estás pasando.
Hijos e Hijas por la memoria y contra la impunidad
julio 15th, 2007
Primero, el texto del comunicado del Comando Conjunto de Occidente, tal como aparece en el sitio web principal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Pero los periodistas que cubrimos la guerra colombiana sabemos que lo que diga el secretariado es terreno fijo. Todo lo demás, no necesariamente.
“10 de Julio de 2007
Sobre los diputados fallecidos:
1. Tenemos la decisión de entregar con celeridad, los despojos mortales de los diputados a sus familiares. La tardanza actual solo responde a la búsqueda de una organización intermediaria, que garantice objetividad en los trámites y exámenes que se adelanten.
2. Ninguna entidad estatal colombiana puede fungir como intermediaria ya que todas ellas tienen la perentoria orden acusatoria impartida por la presidencia.
3. La organización intermediaria deberá tomar atenta nota del área, del lugar, de los cuerpos y de la situación militar reinante a mediados del mes de junio donde paramilitares y unidades de la Fuerza Pública desarrollaron acciones conjuntas de gran dimensión, algunas de ellas conocidas públicamente y otras silenciadas para ocultar esa relación.
4. Fallamos en la misión de custodiar los prisioneros y llevarlos al canje, por más de 5 años de negativa del Gobierno pero continuaremos investigando que fuerza llevo a cabo el ataque al campamento hasta aclarar esta tragedia que solo sirvió para llevar luto a los hogares de los diputados y tender otra cortina de humo sobre los verdaderos alcances de la para-política en el Estado colombiano.
Comando Conjunto de Occidente FARC-EP
Montañas de Colombia, julio 5 de 2007”
Llama la atención que, nuevamente, no firma el secretariado de las FARC. Este máximo organismo rector de la guerrilla se ha mantenido al margen de cualquier comunicado en torno a la muerte de los 11 diputados del Valle del Cauca.
Los periodistas que cubrimos la guerra colombiana sabemos que lo que diga el secretariado es terreno fijo. Todo lo demás, no necesariamente.
Contiene un delicado reconocimiento: “fallamos en la misión”. Los civiles, que somos tan bruticos, quisiéramos saber qué pasa, dentro de una organización militar, cuando una de sus unidades falla en una misión, y así lo informa. ¿Renuncian a sus cargos los responsables? ¿Se someten a un consejo de guerra? En ese caso, ¿lo adelantaría el secretariado, y por eso se abstiene de expresarse públicamente?
Pero además, el comunicado parece reconocer que la política de Uribe, de no ceder, es la causa de que los responsables del Comando Conjunto de Occidente hayan fallado en la misión encomendada: “Fallamos en la misión… por más de cinco años de negativa del gobierno”.
O sea, que el canje es una política fracasada, mientras que la actitud cerrada de Uribe aparentemente ha resultado triunfante, al altísimo costo al que el presidente está habituado. Pero como esto no es un partido de fútbol, sino que hay vidas en juego, la goleada es para ambas partes.
Aunque el comunicado afirma que el gobierno oculta operativos conjuntos ejército-paramilitares realizados en la zona por los días de la matanza, cosa que uno no tiene por qué poner en duda, el Comando Conjunto de Occidente, 17 días después de los hechos, no sabe quién exactamente se le metió al rancho. Lo menos que se puede decir es: ¡Qué inseguridad!
El Comando Conjunto de Occidente de las Farc dice que la tragedia llevó «luto a los hogares de los diputados». Error: llevó luto a toda Colombia, y es probable que cualquier persona en el mundo que escuche de estos hechos se sentirá indignada y avergonzada de que algo así sea posible, lo que configura un crimen de lesa humanidad, con responsabilidad de las partes que hayan tenido que ver en ella.
Afirma el Comando Conjunto de Occidente que además la tragedia sirvió para «tender otra cortina de humo sobre los verdaderos alcances de la para-política en el Estado colombiano». Efectivamente, al presidente Uribe le queda muy fácil desviar totalmente la atención ordenando un rescate secreto de los rehenes civiles y de los prisioneros, del que se sabe tendrá una respuesta de autómatas, ejecutando a los rehenes. ¿Ese sólo hecho no amerita revisar la estrategia del canje, tomada por una decisión del Estado Mayor de las Farc?
El resto del comunicado habla por sí solo. Únicamente a una misión neutral les serán entregados los restos de los diputados, para que sus familias puedan hacer el duelo, pero también para que haga los respectivos exámenes forenses; y esta misión neutral debe tomar nota de la real situación militar en la zona “a mediados del mes de junio”.
Quedan pues descartadas del espectro de la neutralidad todas las instancias, incluida la OEA, que se hayan pronunciado condenando solamente a una de las partes. En boca cerrada no entran moscas, señor secretario general Insulza.
No sobraría que el Comando Conjunto de Occidente dé a conocer las bajas en sus filas por cuenta del «ataque al campamento», para poder atender la versión inicial, de que se trató de fuego cruzado y no de ejecuciones a sangre fría.
Y que alguien explique por qué, si se trató de un intento de rescate, la fuerza atacante esperó a que las Farc dieran la noticia.
Seis kilómetros tenía hoy la marcha de acompañantes del profesor Gustavo Moncayo, en peregrinación desde Sandoná, Nariño, hasta Bogotá, para exigir el intercambio humanitario y obtener la libertad de su hijo, militar en manos de las FARC. Nadie volvió a contar cuántas firmas por el intercambio humanitario se han recogido en el trayecto. Iban en un millón. Avivatos cobraban en la carretera diez mil pesos (US $5) a quien quisiera firmar, y vendían estampitas con la foto del profesor Moncayo, para contrariedad de su hija, que también lo acompaña.
Moncayo ha tenido cuidado de no atacar a ninguna de las partes. Tal vez le está dando una lección humanitaria a muchos, en vista de que hay vidas en juego.
Dado que firmas recogidas así no tienen efecto legal, ya andan por ahí proponiendo un plebiscito para obligar a Uribe a hacer el intercambio.
Juan Carlos Lecompte está tan atemorizado que cree que el plebiscito se pierde, y que será una condena a cadena perpetua para los secuestrados políticos.
Quizá sea el momento de que las FARC entreguen a Clara y a su hijo.
Sobre las condenas a Sonia y Trinidad en Estados Unidos, siempre queda la posibilidad de que un presidente de ese país firme un perdón para ambos, en el marco de una negociación de paz avanzada.
Ya está libre Rodrigo Granda, aún en contra de su voluntad, y en contra de la voluntad de Uribe. Pero es un hecho.
Hechos es lo que cubro yo, no palabras. Las palabras sirven sólo como referencia.
julio 10th, 2007
Las familias de los 11 diputados del occidental Valle del Cauca muertos en cautiverio perdieron hoy la “última lucecita de esperanza”, dijo Fabiola Perdomo, ahora viuda. Ese fue el efecto de una breve misiva firmada por “Raúl Reyes, Comisión Internacional”, y publicada este lunes en la página oficial de las FARC, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, alzadas desde 1964.
Hasta esa publicación, pensaban las familias que quizá la tremenda noticia del Comando Conjunto de Occidente, de esa guerrilla, sobre el crimen de sus esposos, padres, hijos, hermanos, se trataba de una broma pesada de alguien.
La carta de Reyes pide a España, Francia, Suiza y el Comité Internacional de la Cruz Roja “acompañamiento” y “buenos oficios” para entregar los cadáveres. La delegada del Comité Internacional de la Cruz Roja reveló que la petición le llegó hace “varios días”.
Han pagado así 11 familias vallecaucanas la “cuota de sangre” que les demandó Uribe. Las futuras generaciones de colombianos se los van a agradecer, afirmó el presidente cuando se reunió con ellas, a puerta cerrada, la semana antepasada en Cali.
Dicen que Uribe se volvió loco. Yo no lo creo.
El viernes, en el Diario del Sur, de Pasto, Alberto Rueda, ex asesor del ministro Sabas Pretelt en la cartera del Interior y de Justicia, propuso un plebiscito por el acuerdo humanitario.
“La recolección de firmas durante el penoso peregrinaje de Gustavo Moncayo son muestras de apoyo a la causa de la liberación de los secuestrados, pero son solo eso, muestras de apoyo”, escribe Rueda.
El profesor Moncayo, padre de Pablo Moncayo, militar prisionero de las FARC hace más de nueve años, salió a pie desde Sandoná, departamento de Nariño, frontera con Ecuador, para pedir un acuerdo humanitario que le devuelva a su hijo y a los demás.
Moncayo partió hacia Bogotá el mismo día en que fueron ejecutados los 11 diputados rehenes, el 18 de junio. Ha recorrido unos 600 kilómetros. Hoy llegó a Obando, Valle del Cauca. La gente «sale a borbotones a acompañarlo», según un periodista de Caracol Radio. Dicen que ha recolectado un millón de firmas.
Moncayo dice que sus declaraciones son recortadas sistemáticamente por los medios de comunicación. Desde ayer, quienes quieran caminar con él deben someterse a que sus “antecedentes penales” sean revisados.
Uribe “debe delegar la negociación del acuerdo humanitario en una comisión de cinco o seis notables”, escribe Rueda, “las condiciones inamovibles que ha enunciado el presidente para el acuerdo humanitario no son razones de Estado, son razones del presidente Uribe”.
“En Italia, por ejemplo, en los tiempos de las Brigadas Rojas, una sentencia de la Corte Suprema obligó al gobierno a entregar a dos terroristas a cambio de un secuestrado”, explica.
Rueda propone “una recolección nacional de firmas para un plebiscito que otorgue facultades a un grupo de notables, cuyos nombres deben ser conocidos ya en el mismo plebiscito para ahorrar tiempo, que negocien la liberación humanitaria”.
El plebiscito tiene “dientes” para obligar a Uribe a escuchar la voluntad nacional, es la idea de Rueda, quien renunció en octubre de 2004 a su cargo como asesor del Despacho debido a que tampoco se ha escuchado el clamor contra la guerra antidrogas, que también parece cosa de locos, pero que en realidad es cuestión de mucho, mucho dinero, como muy bien lo muestran ciertos admiradores del presidente.
Entre tanto, el policía Freddy Andrés López se suicidó en Pupiales, Nariño. López fue apresado por las FARC en un combate y luego canjeado, junto con más de 300, por el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2000), a cambio de 14 guerrilleros presos.
“El gobierno se olvidó de ellos”, dijo Aida Hernández, esposa de López, “Él cada vez estaba peor y el gobierno nunca hizo nada”.
Dicen que lo tenía muy impresionado la muerte de los diputados. El coronel Javier Patiño, comandante de Policía de Nariño, afirmó que López había recibido ayuda psiquiátrica.
julio 9th, 2007
«Somos gente de bien que no sabe hacer cálculos malignos y que poco conoce de estrategias, pues si así fuera las habríamos utilizado para traer con vida a nuestros seres queridos», dijo la hija de uno de los diputados asesinados en la concentración en Cali, donde en parte fue abucheada, en parte aplaudida y apoyada, y donde su discurso fue calificado de «infame» por el ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín Sardi, a su lado en la tarima.
Buenas tardes. Soy Carolina, hija del diputado Carlos Alberto Charry asesinado por las FARC con la complicidad del gobierno nacional que fue inferior al compromiso de devolverlos con vida.
Soy una colombiana que hace más de cinco años no puede abrazar a su papá, no puede contarle sus sueños, no puede sentir su protección, no puede recibir su bendición cada día, no puede mirarlo a los ojos y decirle TE AMO CON TODO MI CORAZÓN, TE NECESITO, NO QUIERO SEGUIR VIVIENDO SIN TI.
Pero hoy estas carencias no son las únicas que tengo que soportar, ahora se me niega la posibilidad de despedir a mi padre, al mayor Guevara y a 10 diputados más del Valle del Cauca como se merecen unos buenos padres, esposo, hijos y amigos, con un ritual que le permita ejercer su derecho a escoger su religión y con la entrega de sus restos mortales a la tierra de la cual provienen, acompañados de las personas que más aman: su familia y sus amigos.
Estoy aquí en primer lugar para agradecer, en nombre de las familias, la solidaridad demostrada con su presencia en esta marcha y, en segundo lugar, para dejar claro lo que se busca con este acto y evitar que el oportunismo del gobierno distraiga la verdadera razón de tan grande acompañamiento, que se repite en diferentes ciudades de nuestra patria y que simboliza el dolor del país no solo por la infamia cometida, sino por la negligencia demostrada.
Gracias por movilizarse con las familias Echeverri, Giraldo, Narváez, Barragán, Varela, Pérez, Quintero, Hoyos, Arismendi, Orozco, Charry y Guevara para EXIGIR a las FARC respeto por nuestro dolor, respeto por la dignidad de los muertos, respeto por un país que se avergüenza de la guerrilla que perdió el rumbo y que ha sido incapaz militar, ideológica y políticamente de lograr el respaldo del país y que por el contrario se ha quedado sola en medio de su locura. ¡Nuestros muertos nos pertenecen!
Gracias por movilizarse para rechazar las políticas de gobierno que están manchadas con la sangre de mi amado padre y de diez de sus compañeros asesinados con él, a quienes un presidente indolente se negó a escuchar cuando en todos los tonos le suplicaron declarar a Pradera y Florida ZONA DE ENCUENTRO PARA EL ACUERDO HUMANITARIO, como única posibilidad de volver con vida a casa. El despeje no es un deseo de los familiares, es una necesidad de las víctimas del secuestro.
Soy de la generación que creció con un gobierno constitucionalmente elegido, pero que lastimosamente decidió ponerse al mismo nivel de una guerrilla sin ideales y cargada de injusticia y maldad, al haber dejado en manos de las FARC la vida de los secuestrados, a pesar de tener los argumentos e instrumentos jurídicos, políticos, humanitarios y morales para devolverlos con vida a la libertad.
Qué falta de vergüenza y de respeto que uno de los protagonistas de nuestra tragedia marche hoy en Bogotá para ocultar su responsabilidad, para levantar una nueva cortina de humo a sus desaciertos y para no levantar más malicia sobre su falta de corazón, aunque seguramente su conciencia no le permitirá volver a dormir tranquilo sabiendo que pudo haber salvado a mi papá, al mayor Guevara, a los diputados del Valle y a decenas de víctimas de las FARC.
Que incapacidad moral la de una guerrilla que secuestra pueblo para luego decir que fue el fuego cruzado le mató la presa, y se esconde tras mensajes virtuales sólo para ofender al adversario y fingir unas condolencias en las que nadie confía, porque ellos no conocen el significado de la piedad, de la compasión, del dolor ajeno.
Colombianos con sus corazones limpios de rencor por no haber padecido las humillaciones ni las atrocidades de los dos antagonistas más parecidos que ha conocido la historia colombiana: no permitan que se siga gobernando con encuestas y hagan posible el regreso de nuestros muertos, permitan que nuestras familias puedan empezar a elaborar el duelo con un sepelio y, sobre todo, apoyen la zona de encuentro, de lo contrario esta marcha la seguiremos repitiendo cada vez que las FARC asesinen otros compatriotas o el presidente Uribe decida experimentar con nuevos rescates fallidos, de lo cual dan cuenta secuestrados con 10 años de cautiverio sin resultados exitosos.
Solicitamos su solidaridad diaria, no solo el día de la marcha. La solidaridad es apoyar el Acuerdo Humanitario, es exigir la zona de encuentro, es exigir la entrega de los cuerpos de los secuestrados asesinados, es negarse a escuchar las injurias y calumnias que algunos intentan levantar sobre nosotros solamente para desprestigiar nuestra lucha y hacerle eco a los violentos, a los que solo hablan el lenguaje del mal y de la guerra. Somos gente de bien que no sabe hacer cálculos malignos y que poco conoce de estrategias, pues si así fuera las habríamos utilizado para traer con vida a nuestros seres queridos.
No soporto más dolor, más indignación, más tristeza, más rabia, más humillaciones para tener de nuevo a mi papá… o lo que quede de él. Ayúdenos a recuperar los cuerpos de los diputados del Valle y del Mayor Guevara. Hagamos frente común para obtener el regreso de nuestros muertos y de los que hoy todavía están vivos.
Las FARC no pueden seguir burlándose de nuestro dolor, pueden dejar los cadáveres en cualquier lugar de la selva y escapar antes de informar las coordenadas, así podremos recuperar un poquito de la dignidad que le arrebataron a nuestros familiares y que se empeñan en destrozar.
¡NO AL SECUESTRO DE LOS VIVOS NI DE LOS MUERTOS!
PARA RECUPERAR A NUESTRO ÚNICO SOBREVIVIENTE SIGIFREDO LÓPEZ Y A LOS DEMÁS SECUESTRADOS:
¡ACUERDO HUMANITARIO YA!
Cali, Julio 5 de 2007
julio 6th, 2007
Este video fue realizado hace algunas semanas por el productor audiovisual colombiano Daniel Rodríguez. En él participan familiares de Juan Carlos Arbeláez, uno de los diputados muertos, y de Sigifredo López, de quien las FARC afirman que sobrevivió.
“Espero de corazón que estas familias puedan descansar y que cese la manipulación del dolor para la guerra”, escribió Rodríguez a esta periodista.
El video en formato Ogg Theora y el link a su página en YouTube se encuentran disponibles en
http://danielrodriguez.com/video/
http://www.youtube.com/watch?v=EhFgck4bkxw
El formato libre Ogg Theora permite verlo en Linux y muchas más plataformas fuera de Windows y Mac OSX.
Se permite el uso y distribución bajo licencia Creative Commons Attribution 2.5 – Colombia :
http://creativecommons.org/worldwide/co/
junio 30th, 2007
“Señor presidente: los que van a morir te saludan”, dijo uno de los diputados asesinados, en un video que en su momento constituyó prueba de supervivencia.
Razones de Estado. “Las instituciones no pueden estar por encima de la vida”, expresó Fabiola Perdomo, portavoz de las familias de los diputados del occidental departamento del Valle del Cauca, ya viuda. Daniela, su niña de siete años, creció los últimos cinco viendo a su padre apenas a través de videos que enviaban las FARC.
“Grupo militar sin identificar”, es el término usado por primera vez en un comunicado de las FARC, cuando se refiere a los atacantes. Resulta difícil creer que las FARC no hayan logrado identificar si se trató de una operación del ejército o de los paramilitares, o combinada: algo que ocurre todos los días en Colombia. Hubo un nuevo modus operandi, desconocido para las FARC. Una de las hipótesis sostiene que una unidad elite fue infiltrada en esa guerrilla.
Preguntas. ¿Por qué el comunicado del Comando Conjunto de Occidente de las FARC no menciona bajas en sus filas, si afirma que hubo un cruce de disparos? ¿Dónde ocurrió la muerte de los 11 diputados rehenes? ¿Por qué las FARC demoraron 10 días en dar a conocer la noticia? ¿Por qué no se ha manifestado el Secretariado de las FARC? ¿Quién silenció la página de Internet de las FARC y la página de Anncol? ¿Por qué el silenciamiento se dio el 28 de junio, justo el día en que Anncol dio a conocer el comunicado con fecha 23? La muerte de los diputados ocurrió, según las FARC, el 18.
Derecho a la información. Las direcciones que les faltó bloquear: http://redresistencia.info/ y http://www.resistencianacional.net/ . La portada de Anncol se puede encontrar en http://209.85.165.104/search?q=cache:CUcWy7pysUUJ:www.anncol.org/+anncol&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=co&client=firefox-a , pero no hay paso a sus páginas interiores.
Versión presidencial. El presidente Álvaro Uribe acudió en la noche a Cali a reunirse con las familias de los rehenes muertos. Allí sostuvo que los rehenes se hallaban en distintos campamentos cuando fueron muertos. “Hoy lo dijo mucha gente”, afirmó, cuando los periodistas le preguntaron cómo había conocido esa versión. Entre ellos, lo dijo uno que hace varios años se desmovilizó de las FARC.
Mentirilla presidencial. Uribe afirmó en su comunicado del 28 de junio que el gobierno siempre consulta a las familias para que éstas autoricen rescates militares de secuestrados. Antes del comunicado, Caracol Radio preguntó a varios familiares en ese sentido. Todos negaron haber sido consultados nunca. ¿Qué más mentirillas habrá dicho?
Derecho Internacional Humanitario. El canje es entre combatientes y ya está inventado. Los civiles son rehenes y deben ser liberados sin condiciones por las FARC. La distinción entre civiles y combatientes, columna vertebral del DIH, ¿un sueño inalcanzable en la guerra colombiana?
“Paremos la guerra”, propusieron los comandantes del Ejército de Liberación Nacional Pablo Beltrán, Francisco Galán y Juan Carlos Cuéllar, que conforman la delegación del ELN a la Mesa de Diálogo con el gobierno Uribe.
“La guerra es un hoyo negro que se traga la paz y la democracia. El ELN ratifica su voluntad de firmar una tregua con el gobierno nacional lo más pronto posible, con liberación de retenidos y presos políticos”, dice el comunicado de tres párrafos, con fecha 28 de junio y redactado probablemente en La Habana.
Círculo vicioso. “Los colombianos hace más de 50 años repetimos la guerra con distintos argumentos. Convocamos al ELN, a las FARC, a los grupos paramilitares, a las bandas urbanas y a todos los factores armados y formas de violencia a hacer un Alto a la Guerra y un pacto por la vida”, agrega.
Los genocidas aceptan propuesta. “Unimos nuestra voz a la consigna nacional de parar la guerra”, respondieron el mismo 28 los jefes paramilitares, desde la cárcel de máxima seguridad de Itagüí.
“La dirigencia del movimiento de desmovilizados acoge el llamado del Ejército de Liberación Nacional -ELN-, para ponerle fin a la guerra, cesar la violencia y pactar un acuerdo urgente por la paz y la reconciliación”, dicen en su comunicado, también de tres párrafos.
“Los desmovilizados de las Autodefensas Unidas de Colombia abogamos por una solución política inmediata, que permita la liberación de todos los secuestrados de Colombia”, agregan. En su confesión, el ex jefe paramilitar y capo de las drogas Salvatore Mancuso negó que las AUC tuvieran secuestrados. A todos los mataban, explicó.
Única satisfacción del día. La caída 5-0 de Colombia ante Paraguay en la Copa América. Desde las dos de la tarde, la información sobre la tragedia con los rehenes dio paso, como si nada, a transmisiones futbolísticas. Un marciano que hubiera llegado a Colombia por la tarde habría quedado convencido de que aquí no ha pasado nada. Manes del fascismo, largamente apacentado.
junio 29th, 2007
Por Constanza Vieira
BOGOTÁ, nov 16 – Parece hacer agua la socorrida tesis de que, como «todo el mundo» está o ha estado metido con el narcotráfico y el paramilitarismo, entonces se trata de un tema que no hay por qué ventilar.
Voy a dejar a la inteligencia de mi lector o lectora, donde quiera que esté, quiénes vienen a ser «todo el mundo» en Colombia.
A hoy 24:00 GMT, el panorama es el siguiente:
Acusados por la Corte Suprema de Justicia, o bien señalados por sus víctimas, aún desde las trincheras del miedo, por conformación de grupos paramilitares, matanzas, asesinatos, desplazamiento forzado, fraude electoral mediante la violencia y la intimidación, proselitismo armado, uso de los contratos públicos para lucro propio y para financiar el paramilitarismo, etc.:
Un representante a la Cámara (Eric Morris) y una ex representante a la Cámara (Muriel Benito-Revollo), presos desde esta semana. Dos senadores (Álvaro García y Jairo Merlano, hermano del alcalde de Sincelejo, capital de Sucre) que tienen orden de captura librada por la Corte Suprema de Justicia, siguen fugitivos. Cuatro diputados presos: Nelson Stamp, Ángel Villarreal, Johny Villa y Walberto Estrada.
Hasta aquí, todos son uribistas y todos ejercen en Sucre lo que en Colombia llaman «política».
Cinco congresistas más son investigados y otros 12 están en la mira de la Corte, cuyos nombres no se conocen aún.
Por su parte, el gobernador de Sucre, Jorge Anaya, fue financiado en su campaña electoral con dineros narco, y luego nombró a familiares de jefes paramilitares en su gabinete.
Además, el ex jefe de sistemas del servicio de Inteligencia presidencial (DAS), Rafael García, del departamento del Magdalena, está comenzando a pagar 18 años de cárcel por «limpiar» prontuarios de Inteligencia sobre narcotraficantes y paramilitares.
Su ex jefe y ex director del DAS (Jorge Noguera, nombrado por Uribe en ese cargo y su jefe de campaña en las presidenciales de 2002 en el departamento del Magdalena) desde ayer tiene pliego de cargos de la Procuraduría General (ministerio público) por compartir «información privilegiada» con narcos y paracos, entre otros gravísimos.
El escándalo ha hecho caer en cuenta a mucha gente que no había visto, o no quería ver, que no son los paramilitares los que infiltraron el Congreso legislativo, sino los políticos y narcotraficantes los que conformaron grupos paramilitares propios.
Esos grupos «trabajan» con la fuerza pública, como lo muestran las repetidas condenas a la Nación proferidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por cuenta de crímenes de lesa humanidad de paramilitares.
Son responsables del 80 por ciento de los crímenes en la guerra colombiana, según la ONU. Y según la Contraloría General, se han apoderado violentamente de 4,5 millones de hectáreas de las mejores tierras del país.
En todo caso, por cuenta del escándalo sobre los «paramentarios» y demás fauna que ahora está sub júdice con motivo de, por expresarlo suavemente, sus nexos con los paramilitares, el miércoles 15 de noviembre se escucharon desde dos flancos (¿o son uno solo?) declaraciones que deben tener preocupado a ese «todo el mundo». A algunos, les sonó como amenaza.
Flanco Uno
Los cesarenses La Conchi, canciller María Consuelo Araújo, y su hermano el senador Álvaro Araujo, uno de los más cercanos al presidente Álvaro Uribe, consideraron apropiado usar sus influencias para entrevistarse esa noche en la fiscalía general con alguien. ¿Con quién? Aún no se sabe, pero se sabrá.
Por ahora se conoce que ahí está preso el representante a la Cámara del departamento de Sucre, Eric Morris, el único que se entregó, de los tres parlamentarios con orden de captura expedida por la Corte Suprema de Justicia.
En todo caso, un noticiero de TV mostró a un enérgico senador Araujo advirtiendo ante las cámaras bajo el cielo nocturno: «Si vienen por mí, vienen por La Conchi y por el presidente Uribe». El periodista que presentó la nota televisiva informó de la visita de los hermanos Araujo a la fiscalía.
El diario El Tiempo publicó a su vez que la misma afirmación fue pronunciada en la Casa de Nariño «durante una reunión para analizar el alcance de una investigación que involucra a tres congresistas y una ex representante en la formación de los grupos paramilitares en la costa».
En la reunión participaron además los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes y voceros de los partidos que apoyan a la coalición de gobierno, así como el secretario general de la presidencia, Bernardo Moreno.
Araujo advirtió allí que, además, tras su cabeza caería la «del viudo de mi tía», es decir el Procurador General de la Nación, Edgardo Maya, cuya esposa, Consuelo Araújonoguera, fue asesinada por las FARC cuando el ejército intentó un rescate a la fuerza, horas después de ser tomada rehén por esa guerrilla.
Según el ministro del Interior y de Justicia Carlos Holguín, en la reunión el senador Araújo «manifestó claramente que a él no lo podrían acusar de ningún acto delictivo», que «ocasionalmente por alguna razón él había tenido conversaciones con los paramilitares» y que «la responsabilidad penal es de cada quien».
Dilia Francisca Toro, presidenta del Senado, interpretó que Araújo estaba advirtiendo que ésta puede ser una «cacería de brujas» para afectar al gobierno.
Y agregó esta otra frase muy propia de «todo el mundo»: «Cuando uno actúa en una región de donde es uno de los jefes más altos de las Autodefensas, no puede estar ajeno a que pueda conocerlo, pero no quiere decir que por ello pertenece a un grupo paramilitar».
Flanco Dos
El mismo miércoles por la mañana, los capos paramilitares desmovilizados, que permanecen presos en un antiguo club social en el poblado antioqueño de La Ceja, recibieron a la prensa. La convocatoria a los medios fue hecha por el Instituto Nacional Penitenciario INPEC.
Estaban uniformados con camiseta blanca y cachucha, ambas con el logotipo de una ONG «de paz» que conformaron. Varios se hicieron filmar con azadones en sus manos trabajando un cultivo que aún no germina. Otros laboraban en un taller, quizá una carpintería.
Los noticieros de TV que yo vi no mostraron las habitaciones de los narcos, aunque sí al director del INPEC cuando afirmaba que las condiciones de reclusión son -palabras más, palabras menos- ni muy estrictas ni muy laxas, y aunque los presos tienen ciertos privilegios, esta reclusión no se parece a La Catedral, la finca de lujo donde se parapetó Pablo Escobar para cumplir con su encarcelamiento, pactado con el gobierno del entonces presidente César Gaviria (1990 – 1994), desde donde siguió matando gente.
Durante la visita de medios, los paras hablaron. Y lo que dijeron quizá asustó a «todo el mundo», y quizá por eso se precipitó la reunión en palacio.
Los paras dijeron, sonrientes, que van a hablar y que el país se debe preparar para conocer «toda la verdad». Lo harán cuando se sometan juicio bajo la Ley de Justicia y Paz.
noviembre 16th, 2006
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