Este blog es una iniciativa de la agencia de noticias IPS y de su corresponsal en Bogotá, Constanza Vieira.

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Por qué diablos es que trabajan los periodistas en Colombia

Qué bárbaro mi colega y amigo Eduardo Márquez, presidente de la Federación Colombiana de Periodistas (Fecolper). Contó en un congreso mundial en Belfast cómo es que vive buena parte de los periodistas en Colombia.

¿Creen ustedes que algún medio colombiano, después de esto, le va a volver a dar trabajo a Eduardo, por cierto gran periodista?

A través de su labor de capacitación en la asociación profesional Medios para la Paz (MPP),  Eduardo descubrió hacia el año 2000 que, por ejemplo, los empresarios de radio y televisión –fuera de Bogotá- no pagan salarios a sus periodistas; ni honorarios; les arriendan “espacios”, que éstos deben financiar consiguiendo publicidad.

Entre las balas de la intolerancia y la realidad del desempleo”, tituló Eduardo gráficamente su capítulo en el libro “Las trampas de la guerra – Periodismo y conflicto”  , que editó MPP en Bogotá en julio de 2001, escrito por varios talleristas de esa asociación a la que pertenezco.

Ahí sí dan ganas de estar de acuerdo con el presidente colombiano Álvaro Uribe: derecha e izquierda no existen, dice él. Yo agrego: lo que existe es “arriba” y “abajo”.

Eduardo, apoyado por la Federación Internacional de Periodistas y por MPP, logró impulsar la creación de Fecolper en mayo de 2007. Aquí el despacho desde Belfast, distribuido por la RedCaribe de Periodistas:

 

FECOLPER y Ceso-FIP explican en el Reino Unido lamentables condiciones laborales de los periodistas colombianos

 

08/04/2008

 

“El dinero que los colombianos pagan en impuestos se utiliza para extorsionar a buena parte de los periodistas con la publicidad estatal, acabar su independencia, degradar la calidad de la información, desinformar a los ciudadanos y, por lo tanto, debilitar aún más a nuestra frágil democracia”, dijo el presidente de la Federación Colombiana de Periodistas y director del Centro de Solidaridad de la Federación Internacional de Periodistas, Eduardo Márquez, durante su intervención en el Congreso 101 de la Unión Nacional de Periodistas de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, que concluyó en Belfast el domingo pasado.

El dirigente gremial explicó que esta situación es padecida por la mayoría de periodistas que trabajan en radio y televisión fuera de la capital, Bogotá, “pues los empresarios de los medios no pagan salarios -como exige la ley-, ni siquiera honorarios, sino con un arbitrario derecho a vender publicidad;  y, como si fuera poco, arriendan los espacios informativos o de opinión, de tal manera que los periodistas colombianos son los únicos profesionales del mundo que deben pagar para  poder trabajar”.

Márquez dijo que es casi una norma remunerar a los corresponsales de los grandes medios de comunicación por nota publicada o emitida, pero exigiendo un compromiso de 24 horas. “Como generalmente estos ingresos suelen ser insuficientes –puntualizó-, los corresponsales trabajan en medios locales donde deben mendigar publicidad para llevar el pan a sus casas. Ahí termina la libertad para el ejercicio del periodismo en nuestro país y el derecho de los colombianos a una información veraz y equilibrada”.

Detalló cómo esta degradación laboral se produce en medio de un ambiente político y militar sumamente hostil, en el que paramilitares de extrema derecha –parcialmente desmovilizados-, guerrillas de extrema izquierda, narcotraficantes y funcionarios corruptos amenazan de muerte y disparan contra los periodistas que ponen en evidencia sus atropellos contra la población civil, la complicidad de miembros de los organismos de seguridad del Estado o el desvío de recursos del erario público.

Recordó que desde 1989, cerca de 140 periodistas han sido asesinados, en la mayor parte de los casos, por razones de su trabajo informativo.

Una exposición similar hizo Márquez, en compañía de la periodista de Ceso-FIP, Karen Cepeda, a un grupo de parlamentarios de distintos partidos que trabajan, con la Unión de Periodistas de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, temas relativos a la libertad de prensa y derechos sindicales, el pasado martes, en la sede del Parlamento.

Ellos expresaron su sorpresa ante el panorama descrito y se comprometieron con una campaña a favor de la libertad de expresión que recoja las principales reivindicaciones de los informadores colombianos, coordinada con FECOLPER a través de la organización inglesa de periodistas.

Reporteros de agencias de prensa, y medios ingleses, irlandeses y españoles reunidos con los dos delegados se han solidarizado con los colegas colombianos, al igual que dirigentes de organizaciones civiles que, siempre, coinciden en preguntar: “Con esa condiciones tan degradantes y peligrosas  ¿por qué trabajan los periodistas en Colombia?”. Y la respuesta que siempre escucharon fue: “¡Por pasión!”.

Federación Colombiana de Periodistas, FECOLPER

FECOLPER representa a más de 1.000 periodistas en 18 departamentos de Colombia

Centro de Solidaridad de la Federación Internacional de Periodistas, Ceso-FIP

La FIP representa a más de 600 mil periodistas en 120 países

 

abril 8th, 2008

El odio de Uribe

Con su odio obsesivo a las FARC, el presidente Álvaro Uribe “es quien más importancia les ha concedido y quien mayor protagonismo les ha dado en toda la historia de Colombia”, registra con asombro el escritor colombiano William Ospina en una carta circulada en la RedCaribe de Periodistas. Extractos.

“Ningún gobernante colombiano como Uribe se ha propuesto de un modo más decidido y persistente la aniquilación de la guerrilla, y sobre todo su reducción a lo irrisorio. Uribe ha querido demostrar que no son ningún ejército insurgente sino una pequeña y despreciable banda de delincuentes sin el menor contenido político.

“Lo más asombroso para quien contemple hoy el panorama, es descubrir que ese hombre que se proponía ningunear a ese ejército insurgente, a esa guerrilla que ha cometido tantos crímenes y que tiene tan pocas propuestas para la sociedad, en realidad es quien más importancia les ha concedido y quien mayor protagonismo les ha dado en toda la historia de Colombia.

“Borges decía que nadie sabe quién es, que nadie sabe cuál es el papel que ha venido a jugar en el mundo. Saulo de Tarso, el perseguidor de cristianos, se creía su principal enemigo, y en realidad fue el fundador del cristianismo. Es es decir, sólo se odia tanto algo, si se le concede la mayor importancia. Sólo se dedica la vida entera a destruir a un enemigo si se piensa que no hay en el mundo nada más importante que él. Por eso decía Kafka: ‘De tu verdadero enemigo te llega una energía incontenible’.

“Creo que Uribe, paradójicamente, pasará a la historia como el hombre que convirtió a las FARC en un ejército revolucionario de dimensión latinoamericana. Si uno quisiera acabar con las FARC, que es lo que habría que hacer, negociaría con ellas, haría la reforma agraria que la sociedad colombiana requiere, salvaría a las instituciones colombianas, mejorándolas un poco, y la guerrilla local se diluiría en el mar de la sociedad como ocurrió con el M-19 y otras fuerzas.

“Pero no, Uribe las odia, Uribe sólo acepta aniquilarlas, y considera como una vergonzosa concesión dialogar y negociar con ellas. Por ello se lanza a combatirlas a toda costa, de cualquier modo, y sin atenuantes. El resultado: ha internacionalizado la lucha de esa guerrilla. Con tal de matar a uno de sus jefes ha producido la mayor crisis de Latinoamérica en los últimos tiempos, ha llevado a Colombia por primera vez en su historia a romper relaciones simultáneamente con tres países, y parece empeñado en llevar ante la Corte Internacional un caso que no parece probable que produzca para él resultados benéficos.

“Es más: hasta hace un par de semanas la guerrilla era un fenómeno local, reducido a unos diez mil militantes. El gobierno en la ceguera de su odio está empeñado en demostrar que Chávez y Correa están aliados con ella, y no advierte que lo único que logra es ampliar la militancia de las FARC con cinco millones de chavistas y tres millones de correístas. Nadie había hecho tanto por esa guerrilla, que a mí, personalmente, me parece violadora de los derechos humanos, y sin proyecto válido para un país como Colombia en los tiempos que corren.

“Algo más: Uribe se proponía demostrar que no son una fuerza política, que no son beligerantes, pero en su ceguera insiste en afirmar que Chávez no sólo está aliado con ella sino que es, casi, su jefe. ¿A qué más beligerancia podía aspirar la guerrilla que a tener entre sus miembros o sus simpatizantes a los presidentes de dos naciones y a sus electorados?

“Si Chávez es partidario de las FARC, o como dicen los uribistas, su jefe, entonces ya las FARC tienen un carácter político indudable. Es más, tienen ya status de gobernantes en varios países. El odio ha logrado lo que nunca lograría la simpatía. O, dicho de otro modo, el que las odia les da mucho más que el que habría querido ayudarlas.

“Ahora las guerrillas son protagonistas harto visibles de la historia sudamericana, el gobierno ha recibido el rechazo y podría recibir la condena de muchos países, y nadie podría predecir para dónde van las cosas.”

7 comments abril 2nd, 2008

Tiros de gracia

Iván Márquez, miembro del secretariado de las FARC, quien actuó públicamente como interlocutor de Hugo Chávez durante la vertiginosa gestión humanitaria del presidente venezolano por la libertad de rehenes y prisioneros de guerra, afirma que el misil que mató a su compañero Raúl Reyes en territorio ecuatoriano fue disparado por fuerzas estadounidenses desde la base de Tres Esquinas, en el departamento del Caquetá en Colombia. Las tropas terrestres entraron desde el sur del campamento, según esta reconstrucción. «Mataron a Raúl, e hirieron gravemente el canje de prisioneros y la paz», comentó el comandante de las FARC, Manuel Marulanda.

La operación frustró un encuentro de Reyes con una delegación del gobierno francés. Márquez se hace una pregunta que me hacía yo esta mañana: ¿Dónde están los 11 guerrilleros detenidos que reportó el gobierno colombiano en el parte de guerra sobre la muerte de Reyes?

Sitúa en 150 mil las personas encarceladas por el gobierno de Álvaro Uribe.

No comparto los ataques de Iván Márquez a mis colegas Juan Gossaín y Darío Arizmendi, directores respectivamente de RCN Radio y de Caracol Radio. Ellos no son responsables de lo que ocurre. Publico este texto para conocimiento de mi lector o lectora.

El «tenebroso terrorista»

Por Iván Márquez, integrante del Secretariado de las FARC-EP/Colombia

¡Aquí hay uno vivo! –gritaban en la oscuridad. ¡Dénle bala! –respondían. Y luego los disparos… Así actuaban las tropas de Uribe Vélez, el tenebroso terrorista internacional pelele de los Estados Unidos, al consolidar la toma del campamento de Raúl Reyes. Varios de los heridos fueron rematados con tiros de gracia.

A las 00:25 de ese primero de marzo un misil impacta con estruendo el corazón del campamento dormido. No se escucharon aviones ni helicópteros. El misil había sido disparado por los gringos desde la base aérea de Tres Esquinas, en el Caquetá. De sur a norte entraron las tropas terrestres que fueron avistadas en el área desde el 26 de febrero. Ya no habría encuentro con la delegación francesa para explorar la liberación de Ingrid. Habían muerto Raúl Reyes, algunos de sus guerrilleros y unos estudiantes mexicanos de visita en el lugar. Como dijo el comandante Manuel: «mataron a Raúl, e hirieron gravemente el canje de prisioneros y la paz».

El «Israel» de Suramérica –Colombia-, el país receptor de la mayor ayuda militar y de millones y millones de dólares del gobierno de Washington en la región, había actuado sobre seguro, con el consentimiento de su amo, con los satélites y la tecnología militar de punta proporcionada por el gobierno de los Estados Unidos.

La indignante mentira de la persecución en caliente no podía resistir el embate de la verdad. Se derrumbó ante el primer análisis dejando al desnudo la más infame violación al territorio, a la soberanía y la dignidad de un país hermano. Y como ya habían soltado su perfidia, intentaron y siguen intentando convertir a la nación victimizada en victimaria. Por eso como perros de presa ladran la doctrina de la soberanía limitada, inaceptable sofisma y pretexto de la Casa Blanca para agredir y expoliar pueblos, argucia precaria que no servirá para encubrir la transgresión a la ley internacional en Nuestra América. La respuesta del Presidente del Ecuador, Rafael Correa, al señor Uribe fue altiva y contundente: «su insolencia hace más daño que sus bombas asesinas. ¡Déjese de falacias!”

El mundo no podrá olvidar aquella tarde de Santo Domingo en que un enloquecido Álvaro Uribe cubría de improperios a Raúl Reyes ya muerto, llamándolo cobarde y tenebroso terrorista, calificativos que más bien pueden endilgarse al terrorista con banda presidencial, que a nombre del narco paramilitarismo que sucedió a los carteles de Cali y Medellín, se tomó el Palacio de Nariño.

A la muerte de Raúl y al asesinato posterior de Iván Ríos le siguió la más irracional euforia triunfalista de las oligarquías de Colombia. El fascismo histérico –el mismo que incita a lapidar a mujeres extraordinarias como Piedad Córdoba- estremeció al país comandado por los Santos, gossaínes y arismendys. Vomitaron todo su odio y llenaron el espacio electromagnético de informaciones manipuladas, manos cercenadas, recompensas y sapos, aquelarres de victoria y de incitaciones a «fumigar» a la insurgencia. Se destaparon y se lanzaron con todo, creyendo que estaban sellando la victoria de la batalla final. Sus más terribles anatemas profanaron los cadáveres de los caídos con el mismo ensañamiento de los paramilitares con sus víctimas. Les pasará lo que al mariscal Monet, que creyendo asegurada la victoria en los campos de Ayacucho, con desmedido optimismo se lanzó con todas sus fuerzas a exterminar a los invencibles de Sucre y de Bolívar.

A través de un micrófono el Fiscal General Mario Iguarán exteriorizaba su escalofriante dilema: catalogar o no como homicida al asesino del comandante Iván Ríos y su compañera. Y por otro lado el general Mora Rangel se ufanaba de los 400 mil efectivos de las Fuerzas Armadas oficiales comparados con los 50 mil del Ecuador y los 70 mil de Venezuela. La experiencia de los soldados colombianos es mayor, -decía, «les llevamos años luz y no sólo a Venezuela, pues nuestros pilotos están acostumbrados a combatir de noche». Y tal vez tenga razón, pero el problema de su ligero análisis es que no tiene en cuenta ni a las FARC ni a los pueblos de la Gran Colombia. Unas FARC libres para avanzar no es asunto despreciable, y mucho menos si lo hacen rodeadas de pueblo insurreccionado, resuelto a salir de la horrible noche de la opresión.

Se les está olvidando que Colombia entera es un polvorín social a punto de estallar. Uribe desterró para siempre de sus discursos los programas sociales. Sólo habla de guerra y odio y lo hace desde las guarniciones militares, y desde la escuela de policía General Santander. Convirtió sus Consejos Comunales en la tribuna de la demagogia y el engaño descarado a la población. Anuncia que va a solucionar las necesidades más sentidas de la gente, pero de ahí no pasa. Ya son más de 30 millones los colombianos que viven en la pobreza. El alto costo de la vida y el desempleo están matando de hambre a las mayorías. No hay techo, no hay salud ni educación para ellas. Las tierras despojadas no han sido devueltas a los campesinos, y más de 4 millones de desplazados continúan engrosando la miseria. Sólo hay ganancias para los grandes inversionistas, objeto fundamental de la «sacrosanta» política de la Seguridad Democrática impuesta por los gringos, como prolongación renovada de la nefasta Doctrina de la Seguridad Nacional.

La violación a la soberanía del Ecuador fue otra de las tantas cortinas de humo para intentar tapar todas las podredumbres y vergüenzas reunidas de un régimen que ha vuelto sus armas represivas contra el pueblo. Buscan encubrir los inobjetables vínculos del señor Uribe con la narco-para-política que deshonra el nombre de Colombia. Que nadie cuestione cómo puede seguir siendo presidente un hombre cuyos principales alfiles están tras las rejas por sus escandalosos nexos con la narco-para-política. El 90% de los congresistas acusados, es uribista. El Vicepresidente y el ministro de Defensa, los señores Santos, no pueden ocultar su frondoso rabo de paja narco-paramilitar. Los mismos capos paramilitares han denunciado que financiaron con maletas repletas de dólares las campañas presidenciales de Uribe. No puede ocultar el señor Uribe su trayectoria delictiva en el narcotráfico. Está metido ahí hasta los tuétanos desde que se desempeñó como director de la Aeronáutica Civil, cargo que aprovechó para autorizar a Pablo Escobar Gaviria la operación de centenares de pistas clandestinas en la selva, desde donde el capo surtió de cocaína las ciudades estadounidenses.

¿Es a éste a quien Bush y Rice llaman a apoyar como Presidente democrático y paladín de la justicia social? ¿Será que ya se les olvidó que llegó a la presidencia, además, cabalgando en un gigantesco fraude electoral montado por los paramilitares y el director del DAS? Que diga ese «presidente democrático» dónde están los 11 prisioneros que sacó del campamento de Raúl Reyes, hoy desaparecidos. Que responda por las masacres y las miles de fosas comunes sobre las que erigió su gobierno, por los más de 150 mil ciudadanos encarcelados tras sus redadas fascistas. Que responda por el asesinato de dirigentes sindicales y populares, por la extradición a los Estados Unidos de más de 600 nacionales, renunciando a la soberanía jurídica del país en el más abrumador arrodillamiento a una potencia extranjera. No puede ser un gobernante democrático quien envía sus hordas paramilitares a Venezuela a asesinar a un Presidente, o quien no se inmuta ante el asesinato de varios de los organizadores de la gran marcha del 6 de marzo contra el terrorismo de Estado. En realidad, Uribe es un «tenebroso terrorista». El terrorismo de Estado es su práctica cotidiana.

Las convulsiones de la Colombia de hoy son el signo de que estamos en los umbrales de una nueva era. América está pariendo la era de Bolívar. Es la hora de la lucha de los pueblos y la solidaridad. Nos aproximamos a un hito histórico portentoso en que los pueblos serán los protagonistas del cambio luego de 500 años de opresión y expolio. No se puede vacilar en este momento. Esa cuerda de bandidos santanderistas, neoliberales y pro-yanquis no va a desactivar la resistencia popular con su subjetiva y alegre arrogancia triunfalista.

Los pueblos de la Gran Colombia deben marchar contra el pelele fascista de Washington, contra los halcones histéricos que chillan amenazantes su doctrina fascista sobre los pueblos de Nuestra América, azuzados por el Comando Sur.

Colombia requiere de un levantamiento popular por la patria, por la solución política del conflicto, contra el hambre, contra la guerra, por la paz, por un nuevo gobierno, por democracia popular y soberanía del pueblo. Queremos la patria que quería Bolívar, no la que truncaron Santander y el entonces Secretario de Estado Henry Clay, un nuevo gobierno que aborde la búsqueda urgente de la paz con justicia social que le dé a nuestro pueblo la mayor suma de estabilidad política y felicidad; que empuñe la bandera bolivariana de construir en este hemisferio una gran nación de repúblicas, que sea «escudo de nuestro destino» y garantía inmovible de respeto y dignidad.

Montañas de Colombia, marzo 20 de 2008

marzo 31st, 2008

«Ojalá nos invadan»

» Y ahora qué más da; si nos hemos quedado solos, que nos invadan sería lo mejor… Estamos solos, a la derecha del mapa. Sólo nos acompaña nuestro buen amigo, el que invadió el país de las Mil y una Noches», dice un texto anónimo* que me envía una colega, de regreso de un breve viaje por Ecuador.

(Para fortuna mía, varios lectores aclararon más tarde que «Ojalá nos invadan» corresponde al cantautor Lizardo Carvajal. Así llegué a su sitio web www.lizardocarvajal.com, que recomiendo).

 

Ojalá nos invadan

por Lizardo Carvajal

 

Y ahora qué más da; si nos hemos quedado solos, que nos invadan sería lo mejor.

Sería una bendición para nuestra tierra que rodeen nuestras fronteras y que nos invadan nuestros hermanos latinoamericanos.

Que nos invadan los ecuatorianos, tal vez así volvamos a tener de tierno maíz el corazón que perdimos.

¡Que nos invadan los cubanos! Para que nuestros niños se eduquen gratuitamente y no mueran en las puertas de los hospitales privados.

Que venga lo mejor de nuestra América.

Que venga un contingente de garotas brasileras que nos hagan el amor hasta perder la leve fuerza que se necesita para apretar un gatillo. Sería lo mejor para Colombia una invasión brasilera a gran escala; de pronto así, algún día, ganemos un mundial de fútbol.

Urgentemente una invasión venezolana, para volver a decir las cosas con claridad, con franqueza, sin santanderismos, con elocuencia bolivariana.

Se requiere con urgencia una invasión boliviana, que nos quite esa vergüenza de tener también sangre de indios; esa vergüenza, que nos condena eternamente al peor de los subdesarrollos.

Reclamo con ansias la invasión de tropas de piqueteros argentinos, de madres y abuelas de plaza que nos cuenten historias en donde podamos reconocer nuestras propias historias.

Que vengan tropas españolas y chilenas, a contarnos cómo se pudre el corazón de una patria fascista.

Vengan los uruguayos con sus mates amargos a contarnos la milonga dulzona y triste de sus desaparecidos.

Que vengan todos los hermanos del mundo a esta tierra olvidada a hacernos entender que nuestro país no es el mejor país del mundo, porque es una patria injusta. Que Colombia es pasión… y muerte.

Ojalá nos invada la batucada festiva que acabe con nuestro luto, que acabe con este silencio que aturde.

Estamos solos, a la derecha del mapa. Sólo nos acompaña nuestro buen amigo, el que invadió el país de las Mil y una Noches.

2 comments marzo 31st, 2008

Qué tanto valen las palabras

En todo este embrollo por la mediación de Venezuela y Ecuador frente a las FARC lo que ha hecho falta es información clara y descarada. Ha habido demasiado secreto diplomático, algo que como periodista nunca termino de lamentar.

Estados Unidos, y especialmente por boca de su embajador en Colombia William Brownfield, ha repetido que cualquier persona y cualquier gobierno que puedan ayudar en la liberación de los rehenes en manos de las FARC, será bienvenido. Otro tanto ha dicho el gobierno francés.

Lo que muestran algunos documentos que nos están dejando ver, entre los supuestamente hallados en los computadores del guerrillero “Raúl Reyes”, es que más de uno está intentando hacer valer esas palabras. La muerte de “Reyes” en territorio de Ecuador demuestra que había una mediación, en un lugar geográfico destinado para el efecto, fuera de Colombia.

¿Alguien cree en serio que la enorme felicidad por la libertad, en enero y febrero, de Clara Rojas, Consuelo González, Luis Eladio Pérez, Gloria Polanco, Orlando Beltrán y Jorge Eduardo Gechem se logró mediante insultos y descalificaciones a la guerrilla de las FARC?

¿Alguien se ha preguntado por qué las armas de los guerrilleros aparecieron amontonadas en un rincón del campamento, como si se tratase de parte de un acuerdo con las autoridades de ese país? El domingo, el periodista investigativo Ignacio Gómez reveló en Noticias Uno que el soldado colombiano que murió en la operación pereció porque le cayó un árbol encima, que había quedado inestable tras el bombardeo.

Por lo menos alguien se preguntó que habría pasado si, en lugar de estudiantes de la UNAM, en el momento del ataque hubieran estado en el campamento de “Reyes” un obispo, un miembro del Comité Internacional de la Cruz Roja, un parlamentario o un ministro de un país mediador.    

Uribe “no puede querer una mediación y matar a los negociadores, no puede llamar a la solidaridad internacional para salvar a sus compatriotas, y bombardear a los países hermanos que ofrecen facilidades para las negociaciones”, afirma el presidente de la delegación del Parlamento Europeo para los países de la Comunidad Andina, en misiva el 4 de marzo al presidente de Colombia, y que reproduzco a continuación.

 

 

Bruselas, el 04 de marzo de 2008

Sr. Presidente de la República de Colombia
Dr. Alvaro Uribe
Palacio de Nariño
Santa Fe de Bogotá
Colombia

Excelentísimo Señor Presidente,

Al cabo de algunos días de reflexión me permito escribirle con respecto al grave incidente ocurrido el 1ero de marzo: me refiero a la incursión en territorio ecuatoriano perpetrada por la aviación y tropas transportadas por aeronaves, con la finalidad de matar al ‘número dos’ de las FARC, Raúl Reyes, a sus acompañantes, y de llevárselos junto con tres computadoras.

Seguramente, la protesta y la indignación del Presidente de la República ecuatoriana, Rafael Correa, y la reprobación internacional provocada por esta violación de la soberanía ecuatoriana totalmente contraria a la legalidad, no le habrán sorprendido, y pienso que es con toda la conciencia de esta reprobación que usted ordenó o dejó cometer este acto. No tengo nada que añadir sobre este asunto que usted no sepa ya.

He leído muy atentamente el discurso del Presidente Correa, así como la «respuesta de su Ministro de Relaciones Exteriores a la Cancillería del Gobierno Ecuatoriano», así como varios artículos relativos al contenido de las computadoras.

Es a triple título, Excelentísimo Presidente, que me permito escribirle. Como Presidente de la delegación del Parlamento Europeo para los países de la Comunidad Andina, como ciudadano francés, y como un viejo amigo de Colombia y del pueblo colombiano. Además he tenido varias veces el honor de reunirme con usted y de escuchar su punto de vista, muy recientemente en Bruselas y en Bogotá.

Como presidente de la delegación para la CAN, solo puedo expresar mi total falta de comprensión ante tanta agresión por parte de Colombia contra un país hermano, y eso en plena negociación de un acuerdo de Asociación entre la CAN y la Unión Europea. Usted me aseguró, hace unos días, su voluntad de negociar «de bloque a bloque». ¿Cómo se puede hablar de bloque todavía cuando un miembro del bloque toma la iniciativa de lanzar una intervención militar en un territorio ajeno?

Como ciudadano francés, guardo el recuerdo de una guerra atroz que realizó mi país contra el Frente de Liberación Nacional argelino, antes de terminar negociando con él. Esta guerra estuvo plagada de incidentes internacionales del mismo estilo: el bombardeo de Sakhiet en Turquía, el desvío de un vuelo internacional para capturar dirigentes del Frente de Liberación Nacional… Estos actos desacreditaron tanto a la diplomacia francesa que Francia perdió una guerra que sus militares pensaban haber ganado en el terreno.

De ninguna manera quisiera negar el derecho del gobierno constitucional colombiano a responder por las armas a los actos criminales de los grupos que la misma Unión Europea inscribió y mantiene en la lista de grupos terroristas: las AUC, el ELN, las FARC. Pero atacar a los países vecinos, muy perturbados ya por la afluencia de refugiados colombianos, es algo muy distinto.

Pero hay algo más grave aún – si es posible – me refiero al pueblo colombiano; a los miles de secuestrados y sus familias, y a la posibilidad de volver a la paz en Colombia.

Usted, Señor el Presidente, aprobó públicamente un proyecto de «zona de distensión» en la Florida – Pradera, propuesta por los mediadores españoles, suizos y franceses, donde se pudiese negociar un canje humanitario.

Ante el rechazo por las FARC del perímetro propuesto, Usted mismo me había dicho: «Si no quieren negociar en Colombia, que negocien donde quieran, hasta en el Vaticano».

Sin embargo, hace varias semanas que las FARC van liberando cada vez más ciudadanas y ciudadanos colombianos, senadores o representantes. Usted agradeció públicamente a los mediadores que permitieron estas liberaciones de colombianos, liberaciones portadoras de tanta esperanza.

Es lógico que sí hubo una mediación, hubo un lugar para estas negociaciones, y que si éste lugar no estaba en Colombia, fue entonces el objeto de «acuerdos» territoriales temporales entre las FARC, los mediadores y las autoridades de los países vecinos de Colombia.

Es de notoriedad pública que solamente un dirigente de la envergadura de Raúl Reyes podía concluir tales acuerdos de liberación (Rodrigo Granda, a quien Usted liberó a petición del Presidente Sarkozy, estuvo en una posición demasiado baja en la jerarquía de las FARC para tomar tales decisiones).

Ha sido revelado, por una de las computadoras confiscadas en el campamento de Raúl Reyes, que las autoridades ecuatorianas habían tomado disposiciones para que en ese lugar, cerca de la frontera, se negociara la liberación del Soldado Pablo Emilio Moncayo, el más antiguo de los prisioneros de las FARC, cuyo único crimen fue haber defendido el orden constitucional de su Patria.

Quizás sabremos un día si las liberaciones anteriores se habían negociado en el mismo campamento o según un acuerdo del mismo estilo.

Lo que es seguro, es que al causar la muerte de Raúl Reyes en ese lugar, las Fuerzas Armadas Colombianas pusieron un término a las negociaciones para la liberación del Soldado Pablo Emilio Moncayo y quizás de muchos otros posteriormente. Pienso en particular en la ex-senadora Ingrid Betancourt, cuyas ‘pruebas de vida’ inspiran las más altas inquietudes acerca de su salud a corto plazo.

Excelentísimo Señor Presidente, con todo el respeto que le debo, quisiera recordarle el respeto a la lógica y a la humanidad. Usted no puede querer una mediación y matar a los negociadores, no puede llamar a la solidaridad internacional para salvar a sus compatriotas, y bombardear a los países hermanos que ofrecen facilidades para las negociaciones.

Le pido pensar un momento en la siguiente situación: ¿Qué habría pasado si un mediador importante, un obispo colombiano, un dirigente de la Cruz Roja, un Ministro o Diputado de un país mediador europeo, hubiera estado esa noche con Raúl Reyes en el campamento facilitado por las autoridades ecuatorianas? ¿Qué hubiese pasado si esta persona también hubiera sido asesinada por una bomba colombiana? ¿Qué hubiese pasado si se hubiera localizado a Raúl Reyes en el Vaticano en plena negociación con emisarios suizos? ¿Hubiese mandado a bombardear el Vaticano?

Es por ello que, llevado por la preocupación de sus compatriotas, le hago este llamado, Sr. Presidente, no solamente a evitar las confrontaciones militares que pondrían en peligro la vida de los rehenes, sino a abstenerse absolutamente de toda operación violenta contra los negociadores, emisarios o mediadores en la búsqueda de un acuerdo humanitario, ya sea en suelo colombiano, y mucho menos en suelo de otro país soberano.

Reafirmando nuestro compromiso con la paz en la región,

Le saluda atentamente

Alain Lipietz

1 comment marzo 17th, 2008

Ola de violencia contra sindicalistas

No quiero ni pensar en que los hechos estén relacionados. El caso es que en la semana de la manifestación del 6 de marzo, de homenaje a las víctimas, contra el paramilitarismo y los crímenes de estado, cuatro sindicalistas fueron atacados. Uno sobrevivió.

Entre el martes y el viernes, del 4 al 7 de marzo, dos maestros y un líder sindical de los trabajadores bancarios fueron asesinados. Otro líder bancario sobrevivió a un atentado.

Desde que comenzó 2008, han sido asesinados nueve sindicalistas en Colombia.

El 4 de marzo en Ocaña, Norte de Santander, departamento fronterizo con Venezuela, fue asesinada Carmen Cecilia Carvajal Ramírez, docente de la Normal Superior y afiliada al sindicato de maestros Asinort.

Al día siguiente fue desaparecido Leonidas Gómez Rozo, dirigente nacional de la Unión Nacional de Empleados Bancarios (UNEB), integrante del equipo nacional de educación de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y miembro de la dirección del izquierdista Polo Democrático Alternativo en la capital Bogotá. El 8 de marzo fue hallado por su familia y compañeros brutalmente asesinado, en su apartamento.

El 7 de marzo fue asesinado Gildardo Antonio Gómez Alzate, educador y delegado de la Asociación de Institutores de Antioquia (ADIDA), miembro del Centro de Estudios e Investigaciones Docentes (CEID).

Ese mismo día, individuos en moto dispararon contra el panorámico del auto del presidente de la seccional Bucaramanga de la UNEB, Rafael Boada, quien sobrevivió.

La CUT demanda el esclarecimiento de los hechos, al tiempo que advierte que continúan las amenazas contra los sindicalistas colombianos mediante llamadas telefónicas, mensajes de texto y correos electrónicos.

marzo 11th, 2008

No les gustó

La Barca de Calderón, sección de chismes políticos de El Nuevo Siglo, diario bogotano, registra que el gobierno de Álvaro Uribe por fin se leyó la Declaración del Grupo de Río, adoptada el viernes en Santo Domingo.

Y que lo que leyó, no le gustó.

Según el periodista William Calderón, autor de La Barca, el principal asesor presidencial José Obdulio Gaviria se mostró desconcertado este lunes en el programa radial La Hora de la Verdad, del ex ministro del Interior y de Justicia Fernando Londoño Hoyos.

El asesor Gaviria “dijo que el presidente Uribe no conoció esa declaración y no podía estar de acuerdo con ella”.

A Uribe le preocupan “ahora” dos “asuntos esenciales”:

1) Que las FARC no sean terroristas para los países de América Latina, con las consecuencias políticas y jurídicas que ese hecho tiene.

“2) Que Colombia haya perdido cualquier derecho a la legítima defensa, con lo que resultaría ilegítima y censurable la operación que concluyó con la muerte de Raúl Reyes, el mayor terrorista del continente”, habría dicho Gaviria.

Parece que a Estados Unidos tampoco le gustó la Declaración de Santo Domingo.

Son también “dos” los principios que según el embajador estadounidense en Colombia, William Brownfield, deben tener en cuenta en este caso la comunidad internacional y específicamente la ONU y la OEA (no habló del Grupo de Río, donde Estados Unidos no tiene asiento).

El primero, el de la soberanía territorial inviolable. Pero el segundo principio es no ofrecer santuario o apoyo a “grupos terroristas”.

“La comunidad internacional está comprometida a no ofrecer apoyo a grupos terroristas que atacan a otros pueblos y a otros países”, dijo el embajador, y advirtió que el Departamento de Estado se pronunció en el mismo sentido.

Por si acaso, el presidente ecuatoriano Rafael Correa dijo que aún no retornará a Bogotá su embajador. Los asuntos del Ecuador serán despachados por la embajada argentina en la capital colombiana.

Entre tanto, hacia 10 de la noche hora local, 03:00 GMT del martes, arribó al aeropuerto militar Catam de Bogotá, procedente de Quito, el secretario general de la OEA José Miguel Insulza, a la cabeza de una misión especial de inspección al lugar, en territorio ecuatoriano, donde fue muerto el guerrillero de las FARC Raúl Reyes el 1 de marzo por un ataque militar desde Colombia.

Este martes la misión viaja por vía aérea a Puerto Asís, Putumayo, departamento fronterizo con Ecuador. De allí se desplaza a la zona fronteriza, donde según el noticiero televisivo Noticias Uno hubo fuertes combates el fin de semana.

En la noche, Insulza sostendrá un encuentro con el canciller colombiano Fernando Araújo y el miércoles está pautado un desayuno de trabajo con el presidente Uribe.

Ya veremos qué dice Insulza en su informe el próximo lunes 17 en Washington, ante la reunión de cancilleres.

marzo 11th, 2008

Una mujer en la marcha

Aunque después de lo dicho y logrado por la presidenta argentina Cristina Fernández en la cumbre del Grupo de Río, en Santo Domingo, no hay mucho más que agregar, reproduzco debajo el mensaje que nos envió hoy Ocho de Marzo a todas las nenas Jorge Rojas, director de la Consejería para los Derechos Humanos y el Desplazamiento.

Jorge acompañó, a partir del 4 de marzo, la columna de desplazados que salió de Flandes, central departamento del Tolima, hasta Bogotá, para encontrar la manifestación del 6 en la Plaza de Bolívar.

Agradezco a lectoras y lectores que corrieron a consignar una donación para financiar la marcha de un desplazado por 20 mil pesos u 11 dólares.

 

Una mujer en la marcha

(Con motivo del día de sus derechos)

 

Te vi marchar, con angustia, por el país que padecemos, con tristeza, por los muertos que lloramos, con los pies firmes sobre la tierra que extrañamos.

Te vi marchar, con dignidad, por la justicia que no llega, por la paz que no alcanzamos, por el sueño que anhelamos.

Te vi marchar con pasos de esperanzas liberadas, con gritos de llantos contenidos, con emociones tantas veces encontradas.

Te vi marchar en una danza de alegrías y sonrisas, arrebatándole al miedo su lugar de siempre, haciendo vida en medio de tanta muerte.

¿Quién eres tú que puedes hacer tanto por mí y por los otros?

Yo estaba ahí, en la marcha, y vi cómo la palabra mujer se confundió  en la multitud y desde su rostro comprendí que todas éramos ellas.

 

Jorge Rojas R.

CODHES

8 de marzo de 2008

 

marzo 8th, 2008

Ecuador mantiene relaciones directas con las FARC

“Agencias federales” de inteligencia estadounidenses están ayudando a procesar abundante material documental, incautado en tres computadores hallados en el campamento donde fue atacado «Raúl Reyes», según el general Óscar Naranjo, director general de la policía.

El general Naranjo reveló en la noche de este domingo que dos documentos encontrados a «Reyes», tras el ataque del sábado a su campamento en Ecuador que mató al portavoz y jefe de la comisión internacional de las FARC, indican hechos “muy graves en cuanto que afectan la seguridad nacional colombiana” que demandarán explicaciones del gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa por sus vínculos con esa guerrilla.

Según el oficial, con la firma “Raúl” aparece un documento elaborado a manera de acta y dirigido “a los camaradas del secretariado”, que resume en varios puntos la reunión con “Juan”, quien según el general colombiano es el Ministro de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Gustavo Larrea.

El documento menciona que Ecuador tiene interés en establecer relaciones con las FARC, propone una labor fronteriza conjunta con los habitantes y asevera que Quito no se inmiscuirá militarmente en la guerra colombiana.

Sobre el reconocimiento de beligerancia de las FARC, “Juan” afirma que Ecuador comparte los planteamientos del presidente venezolano Hugo Chávez, quien sostiene que hay que comenzar por “regularizar” la guerra en Colombia y ése instrumento compromete a la guerrilla a respetar el derecho internacional humanitario.

El presidente Correa espera a los miembros del secretariado en Quito, y les prestará seguridad del Estado ecuatoriano.

Otro punto del acta reseña que Ecuador sigue impulsando una demanda contra las fumigaciones en La Haya. Más adelante indica que Quito ampliará sus relaciones con China, Vietnam y Corea del Norte.

Ecuador ofrece su ayuda por el intercambio humanitario, pero solicita a Marulanda y al secretariado un aporte que impulse el canje, como entregarle al presidente Correa al hijo del profesor Gustavo Moncayo, de tal manera que esto le permita dinamizar su labor política.

El gobierno ecuatoriano está en disposición de relevar a los mandos policiales y militares que sean hostiles con las FARC o con la población afecta, en zonas de asentamiento de esa guerrilla colombiana.

El general Naranjo no leyó. Pidió al gobierno ecuatoriano “respuestas concretas” sobre por qué se produjeron entrevistas y contactos personales con Raúl Reyes, en territorio colombiano o ecuatoriano, y que se describa el alcance de este estado de relaciones, que afectan la seguridad nacional colombiana.

Este se trata de un “informe preliminar”, pues el contenido de los computadores continúa siendo procesado.

marzo 2nd, 2008

Silvia

Por Kintto Lucas *

Medellín (Colombia), 1989.

Ella se mete en todos los rincones, rompe esquemas, se arriesga, investiga, busca la nota distinta, hace del periodismo un arte, un rincón de la realidad para rescatar la vida, tan golpeada por estos tiempos. Como que las calles la entienden, saben conversar con ella, porque ella conoce a sus protagonistas y sabe de los mundos que se esconden en sus barrios, sabe del idioma que hablan sus habitantes, de los símbolos que manejan, de las imágenes que trastabillan por las noches. Sabe, y eso se percibe en sus reportajes, en sus documentales, en toda su mirada, su decir, su pensar…

Ahora ella busca la parte humana de cada hecho. Ahora acaba de realizar una entrevista que es como un espejo de Colombia. Como que por primera vez, la violencia es narrada desde otra parte, con otros ojos, con otros sentires, desde otro mundo, que al final de cuentas es el mismo mundo pero al revés. Ahora ella entrevista al joven sicario jefe de la banda «Los Magníficos». Ahora el muchacho abre su corazón y le dice: «Yo antes de salir a realizar un trabajo le rezo mucho a mi Dios para que salga bien. Yo se que una de las leyes de Dios es no matar, pero en mi caso es matar para poder vivir. Además a uno lo contratan para hacer un trabajo y si el trabajo no lo hace uno, lo hace otro; y si uno no mata, lo matan a uno«.

Ahora ella salta de la ciudad para conocer las miradas de la selva, para saber de la guerra, de la paz, de los campesinos que quieren evitar las balas y construir un mañana, de los paramilitares y sus armas. Y encuentra allí la otra parte del rompecabezas de su país, un país para armar. Ahora ella se lanza a la aventura de traspasar armar ese puzzle en las hojas de su revista y en las imágenes de su programa. Ahora la sangre se hace presente en Cimitarra, los hombres de gris apagan las luces que se estaban encendiendo, echan agua a las llamas de la no guerra. Apagan la esperanza. Silvia se apaga.

Silvia Margarita Duzán. Nace en Bogotá en 1955. Desde joven se dedica al periodismo. Le imprime una dinámica distinta a la profesión. Investiga y se introduce en los sectores marginales de las grandes urbes, en los rincones donde la prensa no llega. Publica reportajes sobre el submundo urbano, la música de los jóvenes y las pandillas. Logra conocer desde adentro la vida de la marginación. Sus trabajos rompen los moldes del periodismo colombiano. A los 34 años, en 1989, es asesinada por paramilitares en Cimitarra, Santander, mientras realizaba investigaciones sobre el proceso de paz en el Magdalena Medio. El material obtenido sería utilizado en un reportaje escrito para su revista y un documental para la televisión inglesa. Murió junto a tres líderes campesinos de la región.

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* Esta semblanza pertenece al libro Mujeres del Siglo XX, Abya Yala 1997, varias ediciones.

3 comments marzo 1st, 2008

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Nada de lo colombiano ha sido ajeno en el trabajo de Constanza Vieira para la agencia de noticias IPS. Desde las cuatro décadas de guerra civil y la acción de sus múltiples bandos armados (guerrillas, ejército, paramilitares, narcos), pasando por el acuerdo humanitario que libere a rehenes y prisioneros, el drama de los desplazados y las comunidades indígenas, el ambiente, el proceso político legal, la relación con países vecinos, la cultura. Todo eso, y más, está presente en el blog personal de esta periodista que también trabajó para Deutschlandfunk, Deutsche Welle, Water Report del Financial Times, National Public Radio y la revista colombiana
Semana, entre otros medios.