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«Ahora debe seguir el despeje militar de Florida y Pradera», dicen las FARC. En Colombia se interpretó como que no habrá más liberaciones unilaterales de civiles hasta que Uribe ceda en ese punto. Del grupo de rehenes, la guerrilla mantiene cautivos –por orden de antigüedad- a Óscar Tulio Lizcano, Alan Jara, Ingrid Betancourt y Sigifredo López.
El canciller venezolano Nicolás Maduro dijo al respecto que «debemos dar tiempo y ver esos asuntos después. Por hoy, vamos a celebrar estas liberaciones», como registró mi colega Humberto Márquez desde Caracas.
El ministro de la Presidencia, Jesse Chacón, advirtió que Venezuela continuará en estas gestiones, a pesar de los fuertes ataques mediáticos contra ese país.
El urgente llamado a la liberación de Ingrid que hizo el liberado ex senador Luis Eladio Pérez, su descripción sobre las condiciones en que vio a la ex candidata por última vez, el 4 de febrero –en peor estado que la mundialmente conocida imagen publicada en noviembre-, o su relato sobre la situación de los tres estadounidenses, con afecciones no tratadas desde que su nave se precipitó a tierra, sólo dejan espacio para implorar a Venezuela que realmente persista en su gestión.
En un comunicado dado a conocer simultáneamente a la liberación de cuatro políticos rehenes, las FARC ponen en el siguiente punto de la agenda una negociación directa con el gobierno colombiano, y en territorio colombiano, para pactar el canje de combatientes de ambas partes y la liberación de Óscar, Alan, Ingrid y Sigifredo.
Pero resulta que el siguiente punto en la agenda del gobierno es más guerra, más cerco militar, pues siempre falta sólo un poco más de muertos para ganarle a la guerrilla.
Las FARC indican que la negociación debe hacerse en una zona despejada militarmente pero con vigilancia de la guerrilla, y con garantes internacionales. En lo único que concuerdan con el gobierno colombiano es en que haya participación internacional.
La guerrilla insinúa que los demás cautivos están a merced del gigantesco operativo militar que se lleva a cabo en el sur del país. Afirman que el gobierno está intentado un rescate violento y advierten sobre un “desenlace fatal”.
Finalmente, la insurgencia considera que la inmensa mayoría de manifestantes en la gigantesca marcha del 4 de febrero (“contra las FARC” según sus convocantes) en realidad salieron “no contra las FARC sino contra la violencia, por el intercambio humanitario y la paz”.
Como documento, el texto completo del comunicado de las FARC, dado que Big Brother mantiene «tumbada» la página web de esa guerrilla.
1. La liberación de los ex congresistas Luis Eladio Pérez, Gloria Polanco, Orlando Beltrán y Jorge Eduardo Gechem Turbay, es el logro de la persistencia humanitaria y de la sincera preocupación por la paz de Colombia del Presidente Hugo Chávez y de la senadora Piedad Córdoba.
2. Esta liberación es la más contundente manifestación de que puede más la humanidad que la intransigencia. Ahora debe seguir el despeje militar de Pradera y Florida por 45 días, con presencia guerrillera y comunidad internacional como garantes, para pactar con el gobierno en ese espacio, la liberación de los guerrilleros y de los prisioneros de guerra en poder de las FARC.
3. La liberación por las FARC de estos cuatro congresistas tiene lugar en medio de un gigantesco operativo bélico que -despreciando la vida de los prisioneros- intenta su rescate militar a sangre y fuego. En estas circunstancias, un desenlace fatal, será responsabilidad del gobierno de Colombia.
4. Nuestra voluntad para llegar a un acuerdo de canje con el gobierno está rubricada en la liberación unilateral que hiciéramos de 304 militares y policías capturados en combate, de Clara Rojas y Consuelo de Perdomo, de los cuatro congresistas y los policías del Putumayo, entre otros. En contraste, el gobierno de Colombia exceptuando la excarcelación de Rodrigo Granda- no ha hecho más que manipular a la opinión con la liberación de supuestos guerrilleros, encabezados por los mismos dos o tres agentes de la inteligencia, a los que siempre recurre como comodines desvergonzados, según la circunstancia.
5. Queremos agradecer al Presidente Hugo Chávez sus desvelos por el canje de prisioneros de guerra y la paz de Colombia. Su gestión y la de la senadora Piedad Córdoba debe ser rodeada por los familiares de los prisioneros de guerra y por todos. Su valerosa posición de considerar a las FARC como fuerza beligerante, está en el camino correcto, porque remueve inamovibles y dinamiza la búsqueda de una solución política al largo conflicto social y armado que vive Colombia. A esa inmensa mayoría que marchó, no contra las FARC sino contra la violencia, por el intercambio humanitario y la paz, nuestro reconocimiento y exhortación a proseguir sus esfuerzos por la concreción de tan justa causa.
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC
Montañas de Colombia, febrero 27 de 2008
febrero 27th, 2008
Fue en la cafetería La Tata, en el marco de la plaza de Cimitarra, en el nororiental departamento de Santander. En la noche del 26 de febrero de 1990, paramilitares mataron a mi amiga Silvia Duzán, la periodista versátil, la de las antenas puestas, la de la alegría y la risa a flor de piel.
No la mataron solamente a ella.
Silvia estaba en Cimitarra porque hacía un documental para el Canal 4 de la BBC de Londres.
Se había citado en La Tata con los líderes de la vereda (vecindario rural) La India: Josué Vargas Mateus, presidente de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC), y los dirigentes Sául Castañeda y Miguel Ángel Barajas Collazos.
La ATCC ganó ese año el Right Livelihood Award (Premio a la Correcta Manera de Vivir), más conocido como Premio Nobel Alternativo.
El título del documental que hacía Silvia («El veto del narcotráfico en las elecciones de 1990») muestra cuánta razón tenía Úrsula Iguarán cuando clamaba, en Cien Años de Soledad, que en Macondo “el tiempo da vueltas en redondo…”
Esto fue hoy hace 18 años. Ella tenía 30. El crimen sigue impune. Nadie ha sido juzgado por él.
El jefe paramilitar de la zona, Ramón Isaza, en las versiones libres que ha dado en el marco de la Ley de Justicia y Paz, dice haber perdido la memoria.
A mí no me han matado solamente a Silvia.
Pero he decidido hoy, en este aniversario, que cubriré la marcha del 6 de marzo con una pequeña fotografía de Silvia Duzán colgada a mi cuello, al lado de mi credencial de prensa.
Invito a otros colegas periodistas a escoger, entre las decenas de periodistas que nos han matado, una pequeña foto, para portar ese día.
Perfil de Silvia, por Kintto Lucas (IPS Ecuador)
febrero 26th, 2008
El ministro del Interior y de Justicia venezolano Ramón Rodríguez Chacín dijo hoy en Caracas, a propósito de las polémicas declaraciones del gobierno colombiano justo cuando estaba de visita en Bogotá el canciller francés Bernard Kouchner:
1- No es cierto que el gobierno colombiano tenga ubicada la zona donde están los rehenes que están en proceso de ser liberados por las FARC.
2- No es cierto que estén separados en dos grupos, como lo indicó el gobierno colombiano.
3- Ya están los cuatro rehenes reunidos en un solo campamento, incluido Jorge Eduardo Gechem.
4- No es cierto que las tropas colombianas estén quietas en la región. Aunque el gobierno colombiano no sabe el lugar donde están los rehenes, sí hay un operativo gigantesco en una región muy grande, en el departamento del Guaviare. Estos operativos podrían golpear el sitio exacto donde están los rehenes.
5- No hay ninguna información sobre la fecha de entrega de los rehenes. El gobierno venezolano está a la espera de una nueva comunicación de las FARC.
febrero 25th, 2008
El científico estadounidense Craig Venter quedará en la historia porque en septiembre de 2006 anunció que su equipo de investigadores había concluido la elaboración del primer mapa genético completo de un ser humano: el del propio Venter.
Según ese mapa, un ser humano tiene 4.1 millones de diferencias que lo hacen para siempre único, original e irrepetible, con respecto a cualquier otro individuo.
Nadie ha tenido, ni tendrá nunca, esa misma conformación genética. Por más uniformes que se pongan tropas.
Un año y medio después de ese anuncio, las víctimas de la guerra colombiana llaman a expresar un “Sí a la Vida”.
Invocan la ética para que se ponga fin a la crisis humanitaria que “obstaculiza las posibilidades para construir una sociedad civilizada en la que el respeto a la vida y a la dignidad humana sea el principio esencial de la convivencia”.
Este es el texto del Llamamiento de las Víctimas, que será leído en la manifestación del 6 de marzo.
Por la Vida, la Paz y la Democracia
Llamamiento de todos los sectores de víctimas de
crímenes contra la humanidad en Colombia
Quienes suscribimos este llamamiento, víctimas de crímenes contra la humanidad en Colombia, declaramos lo siguiente:
- Que rechazamos todas las formas de crímenes contra la humanidad. Que en Colombia se ha presentado una masiva y sistemática violación de los derechos humanos por parte de agentes del Estado y de la estrategia paramilitar que ha generado la comisión de crímenes contra la humanidad, como genocidio, desaparición forzada, ejecuciones extrajudiciales, torturas, desplazamientos forzados. Asimismo, que los grupos insurgentes han incurrido en infracciones al derecho internacional humanitario, siendo el secuestro una de sus más graves manifestaciones. Esta crisis humanitaria obstaculiza las posibilidades para construir una sociedad civilizada en la que el respeto a la vida y la dignidad humana sean el principio esencial de la convivencia.
- Que resulta inadmisible toda justificación pública de estos crímenes bien sea por razones ideológicas, de Estado, bajo el pretexto de la seguridad nacional, del pretendido derecho a la autodefensa, de la acumulación de la riqueza y del despojo de tierras o de cualquier otro argumento que se emplee para legitimar lo que, a la luz de la ética y del inquebrantable derecho a la vida, es inhumano. Consideramos que toda expresión o discurso con el que se pretendan ignorar los derechos humanos y el derecho humanitario nos aleja del camino de la paz y la democracia. La sociedad, por su parte, debe actuar para exigir el respeto de los derechos a la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición.
- Hacemos un llamado para que las víctimas sean respetadas, no se manipule su sufrimiento, no se haga uso de ellas con fines políticos, electorales, económicos o militares. Llamamos a que no se afecte su dignidad de ninguna manera, a que se desista del intento de contraponerlas unas a otras, y a que no se vulneren aún más sus derechos convirtiéndolas en blanco de nuevas agresiones. Llamamos a que sus propuestas y argumentos sean asumidos con seriedad y respeto.
- Hacemos un llamado por el Acuerdo Humanitario que permita el regreso de las personas secuestradas al seno de sus familias y la sociedad, y porque sean respaldadas todas aquellas gestiones de facilitación, acompañamiento y veeduría nacional e internacional que contribuyan a estos propósitos. Que se evite a toda costa cualquier tipo de operación militar que ponga en riesgo sus vidas o comprometa de algún modo su integridad.
- Exigimos verdad, justicia y reparación para todas las victimas de crímenes contra la humanidad y genocidio; que se devuelvan los desaparecidos a sus familiares, se restituyan las tierras a los desplazados; se desmonten en forma definitiva los grupos paramilitares, se acaben los vínculos de éstos con instancias estatales, empresas multinacionales o partidos políticos y que todos los vinculados a la parapolítica responsables de violaciones de los derechos humanos sean sancionados y sus crímenes esclarecidos ante el país y el mundo.
- Después de más de cuarenta años de conflicto armado ininterrumpido urge encontrar caminos viables que nos permitan avanzar sin más demoras ni dilaciones hacia la solución política negociada del conflicto armado, en la cual se preserven los derechos de las víctimas. Reiteramos nuestra convicción de que la guerra que padece Colombia sólo podrá ser superada a través de un diálogo nacional, amplio, pluralista y concertado con la sociedad.
Hoy nos une y nos asiste la imperiosa necesidad de acercamientos entre las víctimas y todos los sectores de la sociedad colombiana para construir una sociedad democrática sustentada en la paz con justicia social, el respeto integral de los derechos humanos y la dignidad humana.
Firman:
Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública, Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros, ASFAMIPAZ.
Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado
Yolanda Pulecio
Madre de Ingrid Betancourt
Movimiento Hijos e Hijas por la Memoria y contra la Impunidad
Familiares de los Desaparecidos del Palacio de Justicia
Fundación “Manuel Cepeda Vargas”
Víctimas y sobrevivientes de la Unión Patriótica y del Partido Comunista Colombiano
Pueblo Kankuamo Desplazado en Bogotá
Zonas Humanitarias y Zonas de Biodiversidad de los Consejos Comunitarios del Jiguamiandó y Curvaradó
Zonas Humanitarias y Zonas de Biodiversidad de las Comunidades de Autodeterminación, Vida, Dignidad del Cacarica, CAVIDA
Zona Humanitaria de la Comunidad de Vida y Trabajo de La Balsita, Dabeiba
Zona Humanitaria de la Comunidad Civil de Vida y Paz del Alto Ariari, CIVIPAZ
Consejo Comunitario del Río Bajo Naya, Valle del Cauca
Familiares de Víctimas de Trujillo, Valle del Cauca
Familiares de Víctimas de Inzá, Cauca
Asociación de Familiares de Víctimas de la Violencia Política de Río Sucio, Chocó, CLAMORES
Movimiento Regional de Víctimas de Crímenes de Estado, Sucre
Movimiento Regional de Víctimas de Crímenes de Estado, Antioquia
Asociación Regional de Víctimas de la Violencia del Terrorismo de Estado en el Magdalena Medio, ASORVIM
Familiares de Desaparecidos forzadamente, Familiares Colombia
Fundación “Nydia Erika Bautista” para los Derechos Humanos
Comunidad de Ullucos del Resguardo Indígena de San Francisco, Cauca
Asociación Tequendama de Sucre, Cauca
Asociación Nacional de Ayuda Solidaria, ANDAS
Comité Ejecutivo Nacional
Seccional Barrancabermeja
Acompañamiento Psicosocial y en Salud Mental a Víctimas de Violencia Política, AVRE
Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz
Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”
Comité de Solidaridad con los Presos Políticos
Fundación Afro y Cultura “La Esperanza”
Resguardo Indígena Emberá de Urada, Jiguamiandó, Coredocito
Asociación Campesina para el Desarrollo Integral del Sur del Putumayo, ACADISP
Corporación Vínculos
Red de Alternativas a la Impunidad y a la Globalización del Mercado
febrero 24th, 2008
El ministro de Defensa Juan Manuel Santos y el general Freddy Padilla, comandante de las fuerzas militares, tuvieron que dedicarse este viernes a tranquilizar al mundo y a las familias tras la noticia, la víspera, de que el ejército conoce la ubicación de los cuatro rehenes que están en proceso de ser liberados por las FARC.
Padilla dijo que desde hace “más de 12 días” conoce el sitio donde están los cuatro rehenes. Y que las tropas están quietas.
El ministro Santos remarcó que el gobierno, con el anuncio, trata de “facilitar” la entrega.
La verdad, no les fue bien con la brillante idea de desviar la atención –la tensión- en el momento repleto de riesgos que conlleva una liberación.
No les fue bien. El rechazo al extraño anuncio, que llena de espanto a las familias, ha sido casi general.
Digo “casi”, porque hubo varios que entendieron la cosa así: el gobierno cuenta que sabe dónde están los rehenes, pero que no los va a hacer matar. Qué alivio.
El argumento, esgrimido incluso por la Iglesia Católica, no impidió que otros se acordaran de montajes y mentiras relacionados con ambos protagonistas, Santos y Padilla.
Las “correcciones y matices”, como expresó el periodista Néstor Morales, fueron en el sentido de decir que el rescate humanitario del ex senador Jorge Eduardo Gechem puede hacerse en el sitio donde está, supuestamente a 15 km de los otros tres políticos, debido a que se encuentra “muy enfermo”.
El ministro y el general volvieron hoy, pues, un tema militar (dominamos el territorio que a finales de año no dominábamos) en un tema humanitario – por cuenta del estado de salud Gechem.
“Ninguno de los dos controla totalmente la situación”, dijo el ex presidente Néstor Kirchner el 31 de diciembre durante la fallida “Operación Emmanuel”, refiriéndose al gobierno colombiano y a las FARC.
Y ése, precisamente, es el peligro.
Por cierto: la interceptación de las mensajeras que llevaban al presidente venezolano Hugo Chávez las pruebas de supervivencia, en noviembre; el bombardeo a la unidad guerrillera que guiaba a las rehenes Clara Rojas y Consuelo González a la libertad, en diciembre y enero; y la ubicación de los cuatro rehenes ahora, no parecen avances militares realmente.
Más bien suenan como a un aprovechamiento de oportunidades generadas por gestión de otros, en momentos de alta exposición, no sólo al riesgo, el riesgo de otros.
Sino también, en momentos de alta exposición mediática.
febrero 22nd, 2008
“Invitamos a la humanidad a acercarse a conocer, a permitirse ser sensible frente a estas víctimas que han sido casi sistemáticamente desconocidas, aisladas, silenciadas, a quienes se les ha negado la posibilidad de ser reconocidas socialmente”, dice el comunicado de la Comisión Ética por la Verdad en Crímenes de Lesa Humanidad, encabezada por el Premio Nóbel de Paz Adolfo Pérez Esquivel.
La Comisión anuncia que acompañará en Colombia la manifestación del 6 de marzo, asistirá en Bogotá al IV Encuentro del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado y luego viajará por el país durante varios días.
La Comisión considera que el ataque del asesor presidencial José Obdulio Gaviria contra la demostración de homenaje a las víctimas «requiere una rectificación, como medio efectivo de garantía y de protección».
Texto completo:
Acompañamos el 6 de Marzo el homenaje a las víctimas
Comisión Ética por la Verdad en Crímenes de Lesa Humanidad
En días pasados hemos conocido a través de la radio colombiana que el asesor presidencial de Álvaro Uribe Vélez, José Obdulio Gaviria, ha indicado respecto al acto de homenaje a las Víctimas, convocado por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado para el próximo 6 de marzo, que este ha sido convocado por las FARC EP y rechaza que en Colombia existan Crímenes de Estado.
Como integrantes de la Comisión Ética de la Verdad en Crímenes de Lesa Humanidad, iniciativa del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, como un mecanismo de escucha de las propuestas de afirmación del Derecho a la memoria y a la verdad, así como de reconocimiento a las iniciativas de reparación integral, manifestamos nuestro absoluto desacuerdo con la apreciación del asesor, que parece expresar el pensamiento del Presidente.
En desarrollo de nuestras funciones como integrantes de la Comisión Ética de la Verdad, desde hace un año, nos hemos dirigido a diversas regiones de Colombia.
Allí hemos escuchado, y hemos sido en ocasiones también testigos de las secuelas, que las técnicas y los métodos usados por las Fuerzas Militares, entre ellas la estrategia paramilitar, han generado en personas, familias, comunidades, pueblos por la consumación de crímenes que lesionan los principios básicos de humanidad.
Bajo un mismo patrón de actuación se ha aniquilado, se ha destruido y se ha perseguido a habitantes y sus proyectos de vida para imponer un modelo de sociedad, de relaciones económicas, ambientales y territoriales en lo que se hace evidente la responsabilidad del Estado.
Dicho patrón de actuación se ha pretendido legitimar en la Doctrina de la Seguridad Nacional que concibe a los civiles como enemigos, que percibe las expresiones sociales de reivindicación de derechos como “guerrilleras”, y que alecciona a la sociedad y la culpabiliza por la presencia de la guerrilla en sus territorios.
Parte de esa Doctrina se expresa hoy en las apreciaciones de altas esferas del gobierno sobre el Acto de homenaje a las Víctimas
En segundo lugar, el convocante de este Acto de Homenaje a las Víctimas ha sido el Movimiento Nacional de Victimas, que aglutina a diversas expresiones de familiares de desaparecidos forzados, de torturados, de desplazados forzosos, de ejecutados, de indígenas, de afrocolombianos, de mestizos, de sindicalistas, de exiliados, de ciudadanos y ciudadanas, de defensores de derechos humanos.
El uso o distorsión por parte de terceros de su convocatoria no es responsabilidad del Movimiento Nacional de Victimas.
Sus voceros han rechazado públicamente su tergiversación por terceros. Ellas y ellos han insistido, han afirmado que se trata de un Acto de dignificación y de Homenaje a las Víctimas.
Reiteramos nuestra preocupación por la vida e integridad personal de los integrantes del Movimiento Nacional de Victimas, que desde el comienzo de su expresión como organización de las familias de las víctimas y de la sociedad civil ha sido objeto de intimidaciones, amenazas, falsas acusaciones, desprestigio y crímenes de algunos de sus integrantes.
Hoy en ese escenario de descalificación oficial no rectificada, personas y organizaciones del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado han recibido intimidaciones, amenazas de muerte por parte de estructuras paramilitares.
Así mismo, la animadversión de ciudadanos contra el Acto de Homenaje se ha sustentado en esas apreciaciones de personas vinculadas con el gobierno, lo que requiere una rectificación, como medio efectivo de garantía y de protección.
Invitamos a la humanidad a acercarse a conocer, a permitirse ser sensible frente a estas víctimas que han sido casi sistemáticamente desconocidas, aisladas, silenciadas, a quienes se les ha negado la posibilidad de ser reconocidas socialmente.
Luego de encontrarse con esta otra realidad, que refleja las profundas contradicciones de la democracia colombiana, a actuar en solidaridad y en consonancia el próximo 6 de marzo.
Participación, como homenaje a los más de 60 mil víctimas de Crímenes de Estado, los más de 4 millones de desplazados y despojados de más de 6 millones de hectáreas de tierra, las más de 1500 fosas comunes, los cerca de 1000 ejecutados extrajudicialmente desde el 2002 hasta enero de 2008, y por el Acuerdo Humanitario para lograr la libertad de los retenidos y secuestrados por las guerrillas. .
A los periodistas de los medios de información, los apelamos a actuar en libertad de conciencia, asumiendo una actitud razonable y de respeto a los códigos deontológicos en los aspectos referentes a la responsabilidad social, a la imparcialidad y a la confrontación de fuentes respecto a lo que significa el derecho a la memoria y a la Verdad que poseen las víctimas de crímenes de Estado.
La información democrática es una condición de respeto y de dignificación a las víctimas, presupuesto básico del derecho a la memoria, punto de partida para la Verdad, la Justicia, la Reparación Integral y la No Repetición.
Creemos que solamente de este modo es posible enfrentar el olvido y la construcción del poder que cimienta un provenir de destrucción, de involución y de negación de la democracia.
Suscriben integrantes de la Comisión Ética de la Verdad
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de Paz
Movimiento de Trabajadores Rurales de Brasil, MST
Mirta Baravalle, Madres de la Plaza de Mayo-Línea Fundadora- Argentina
Francois Houtart, Centre Tricontinental, Bélgica
Enrique Nuñez, Comisión Etica contra la Tortura-Chile
Asociación Comunitaria Universitaria Santo Tomás de Aquino, Madrid-España
Rainer Huhle, Centro de Derechos Humanos de Nürenberg, Alemania
Liz Deligio, School of the Americas Watch, SOAW, USA
Charity Ryerson, School of the Americas Watch, SOAW, USA
Miguel Alvarez, Verapaz, Comisión de Paz de México
Carlos Fazio, profesor universitario UNAM, escritor
Gilberto López y Rivas, Profesor Universitario UNAM
Libertad Sánchez, Asociación por la Recuperación de la memoria histórica de Mérida, España
Coalición de los Pobres, USA
Febrero 19 de 2007
febrero 19th, 2008
El “Batallón de fusiles calientes” -14 militares y su comandante, el coronel Byron Carvajal- fueron declarados culpables de la matanza de una unidad completa de elite de la policía antidrogas (10 policías) y un informante que los guiaba, el 22 de mayo de 2006 en Jamundí.
Carvajal era comandante del Batallón No. 3 de Alta Montaña, del Valle. La primera pregunta fue: ¿qué hacía el batallón de alta montaña en la zona plana, donde está ubicada la población de Jamundí, en el Norte del departamento del Valle del Cauca, a media hora por carretera de Cali, la capital departamental?
El coronel coordinó a sus hombres -un teniente, un sargento y 11 soldados- en el ataque contra la elite antinarcóticos.
El juez aún no dio a conocer la sentencia, lo que hará en dos semanas.
El Fiscal General dijo en esa ocasión: “Fue una emboscada, una masacre premeditada”; “es un mandado al narcotráfico”.
¿A quién estaban protegiendo los militares? ¿Al mismísimo Don Diego, uno de los capos del Cartel del Norte del Valle?
La prensa publicó en ese tiempo que la finca que pretendía allanar el grupo antinarcóticos de la policía pertenece Don Diego. También pertenecen a él otras propiedades circundantes, como dijo una fuente a IPS.
Por si fuera poco, de todo esto resultó que el Batallón No. 3 de Alta Montaña comerciaba cocaína en la zona montañosa de Jamundí. La droga procedía, supuestamente, de material incautado.
Este caso fue objeto de fuerte tira y afloje, pues la Justicia Penal Militar se quería quedar con él.
La misma noche del 22, el general Mario Montoya, comandante del ejército, presentó los hechos como un error militar durante un recorrido de rutina, y por disposición suya, la justicia castrense comenzó a actuar de inmediato. El Procurador General de la Nación (ministerio público) tuvo que emplearse a fondo dos días después para arrebatarle el caso y que éste fuera investigado por la justicia ordinaria.
Los militares permanecieron 43 minutos solos en la escena del crimen. Sin embargo, hoy se dice que ésta no fue alterada.
Aparecieron allí casquillos de más de 150 balas de fusil y de ametralladora. La mayoría de los casquillos corresponden a proyectiles de fusiles Galil, que usa el ejército, pero algunos corresponden a fusiles AK-47, que utilizan los paramilitares, como los que mantenía Don Diego.
En los funerales de la elite antinarcóticos se vio lloroso a un funcionario de la DEA, que prometió que este crimen iba a ser explicado. El embajador estadounidense pidió “claridad”.
Funcionó: Don Diego fue capturado en septiembre del año pasado, por un “comando especial” del ejército, “en coordinación con entidades nacionales e internacionales”.
Veremos si la justicia se fija en el historial de ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones a los derechos humanos que se le atribuyen al coronel Carvajal. Veremos qué dice sobre la presencia, en el lugar del ataque, de casquillos de armamento que no pertenece ni al ejército, ni a la policía antinarcóticos.
¡Ah! Me olvidaba. Los batallones de alta montaña hacen parte del plan contrainsurgente de Estados Unidos en Colombia.
febrero 18th, 2008
Colombia Support Network (CSN, Estados Unidos) recibió y circuló este viernes la siguiente declaración del distinguido lingüista y autor Noam Chomsky, que avala el homenaje del próximo 6 de marzo a las víctimas del paramilitarismo y los crímenes de Estado (English below):
“Durante demasiado tiempo, los colombianos han sufrido tortura, desplazamientos, desapariciones y desgracias generalizadas bajo la oscura sombra del terror paramilitar y militar, que constantemente asume formas nuevas y más amenazantes. Para nuestra eterna vergüenza, los ciudadanos de Estados Unidos durante cerca de medio siglo hicieron una contribución decisiva, sin darse cuenta, a esos horrores. La vigilia del 6 de marzo es una medida valiente de las víctimas y de quienes les brindan apoyo, en Colombia y en todo el mundo. Es una vehemente súplica para que se ponga fin definitivamente a este salvajismo. Por favor, únase a ellos en cualquier forma que usted pueda, y ayude a traer a este maravilloso país la justicia y la paz que su pueblo enormemente merece. Noam Chomsky.»
Colombia Support Network has received the following statement from the distinguished linguist and author Noam Chomsky welcoming the activities on March 6.
“For far too long, Colombians have suffered torture, displacement, disappearance, and general misery under the dark shadow of paramilitary and military terror, constantly taking new and more menacing forms. To our everlasting shame, citizens of the United States have unwittingly made a decisive contribution to these horrors for close to half a century. The vigil on March 6 is a courageous stand by the victims and their supporters, in Colombia and around the world, a passionate plea for this savagery to be brought to a final end. Please join them in any way you can, and help to bring to this wonderful country the justice and peace that its people richly deserve. Noam Chomsky”
febrero 15th, 2008
Desde el departamento más golpeado por el paramilitarismo, llegó hoy una carta de Producciones El Retorno, área de comunicaciones de la Asociación Campesina de Antioquia.
Inicia con una bien merecida diatriba a la prensa colombiana, del columnista –antioqueño- Alberto Aguirre. Al final, links a una diciente selección de vídeos.
«…Eso es lo triste del periodismo colombiano, que se queda mudo ante las insolencias, las falacias y las bufonerías del poder. Pero sí baten el botafumeiro para envolver en el incienso de la adulación al Príncipe. Los periodistas forman parte de la comitiva presidencial, y en esta condición, hacen el papel de cortesanos, de ujieres, de palafreneros, de lameculos o, si toca, de tirabeques. Un periodista no debe formar parte nunca de la comitiva presidencial. El periodista se define frente al Poder, no al lado del Poder… y es aun más triste el silencio mudo de la Gran prensa. El estado de lambonería es correspondiente con el estado de abyección».
Alberto Aguirre – Periodista colombiano («Prensa Tartamuda» en Revista Cromos, agosto 18 de 2003, p.12)
Vamos al camino del 6 de marzo
Producciones EL RETORNO
Cuando marcharon los estudiantes eran vándalos, cuando marcharon los cocaleros del sur del país eran guerrilleros, cuando marcharon los desplazados el 18 de julio del año pasado exigiendo Vida, Tierra y Dignidad ni siquiera aparecieron en los medios, cuando marchó la Comunidad de Paz de San José de Apartadó para recordar a sus muertos y conmemorar sus diez años de existencia, los equipos periodísticos no llegaron y el país poco o nada supo del acto de memoria que cientos de campesinos en resistencia civil le hicieron a sus familiares, amigos y compañeros asesinados por una estrategia de guerra que no distingue a los civiles y que desde los mismos batallones militares protege, encubre y traza planes de exterminio.
Nunca podremos comprender lo que nos sucede con el tipo de medios que nos informan, propagadores de una libertad de expresión atada de manos y pies a la primera y más importante de las libertades en el mundo actual: la del mercado. La información se vende como el agua, embotellada, sellada, con apariencia de transparencia y sin calorías, ligera, rápida y oportuna. Nos embomba todo el día, se repite en todas partes y se basa en las mismas fuentes, no estamos informados, vivimos saturados de imágenes y relatos confusos, coyunturales casi todos, desde los cuales nos es imposible discernir el complejo panorama de nuestros conflictos sociales. La información se vende como la Coca-Cola, oscura y manipulada, dañina pero enviciante.
Los hechos no se informan en el tiempo ni en el espacio, no tienen contextos, cada día trae su afán en el universo mediático, cada jugada trae sus consecuencias en el mundillo político, los grandes medios endiosan a sus amos y apabullan a sus súbditos, los duermen o los despiertan cuando mejor les convenga.
Un mes antes de la marcha del 4 de febrero en Colombia, contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, los medios acogieron la propuesta nacida de un grupo «espontáneo» en Internet y se la jugaron toda. Repitieron una y otra vez las palabras de dolor que los secuestrados por las FARC le escribieron a sus familiares, fueron capaces de convocar y movilizar a todo el país en el debate sobre el secuestro, sobre las inhumanas condiciones en que viven los políticos, militares y civiles en poder de la guerrilla de las FARC. Una dura y cruda verdad se utilizó por los medios y sus dueños para tapar otra no menos cruel pero que los compromete directamente y puede conducir a conclusiones mucho más dramáticas sobre la real dimensión del terror paramilitar en Colombia.
Era inocultable el escándalo paramilitar el año pasado en los medios masivos de comunicación, las altas cortes comenzaban a comprobar que lo dicho desde hace tantos años por organizaciones sociales, no gubernamentales y de derechos humanos era cierto: políticos, polícias, militares, jueces, fiscales, notarios, empresarios, multinacionales y abogados se unieron con el poder feudal de los narcotraficantes en varias regiones del país para «defenderse de la amenaza comunista» y con el total silencio del Estado masacrar comunidades enteras para establecer sus proyectos de desarrollo y para apropiarse de las mejores tierras.
El horror paramilitar en Colombia ha dejado cientos de miles de víctimas que han sido perseguidas, ignoradas y silenciadas. Esos dolores no tienen rostro permanente en los noticieros de los dos canales privados de Televisión en Colombia, esos gritos desesperados por justicia y verdad no caben en las agendas informativas de dos empresas que responden a la ley del mercado y a los bolsillos de los dos grupos económicos más poderosos del país. La historia real sólo la puede contar la víctima, el guerrero siempre difundirá las noticias de las atrocidades de su enemigo y tratará de hacer olvidar las suyas.
El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado en Colombia ha convocado a un homenaje a las víctimas del paramilitarismo para el próximo 6 de marzo, así mismo dirigió una carta al director de noticias de Radio Cadena Nacional (RCN) para informarle de la movilización e invitarlo a que la convocatoria tuviera en su medio el mismo eco que tuvo la marcha del 4 de febrero contra las FARC.
Algo han dicho pero poco, el gobierno dice que la marcha es organizada por la guerrilla y algunos columnistas le apuestan al fracaso y se preguntan si la gente odiará tanto a los jefes paramilitares como a «Tirofijo» o al «MonoJojoy», los jefes de las FARC.
Siempre hemos marchado al lado de las múltiples víctimas de crímenes de lesa humanidad que también suceden en Colombia como la desaparición forzada, la masacre y el desplazamiento forzado, cuyo drama es uno de los más complejos del mundo.
El 6 de marzo estaremos de nuevo a su lado, para hacer memoria de una historia inconclusa, sesgada y manipulada. Para hacer eco de los gritos que en medio de la impunidad que reina exigen que se haga justicia, se diga la verdad y se reparen los daños ocasionados por quienes detentan el poder en lo más alto y han sido ciegos ante un dolor que no los perturba porque no lo ven o porque simplemente no les importa.
Vamos al camino el 6 de marzo por tantos y por tantas desterradas, por los que resisten en sus territorios, por los que nunca han sido escuchados, por los desparecidos, por los pueblos originarios, por la tierra que también es víctima de la voracidad del poder. Por la verdad, por la libre información, por los periodistas asesinados o exilados por hacer su trabajo con ética y dignidad, por la memoria en tiempos de histeria colectiva.
Medellín, 12 de febrero de 2008.
Producciones EL RETORNO
Área de Comunicaciones – Asociación Campesina de Antioquia
ALGUNOS GRITOS QUE NO TRUENAN EN LOS GRANDES MEDIOS:
– Los familiares de las 16 personas desaparecidas por grupos paramilitares en la vereda La Esperanza en 1996 marcharon para honrar la memoria de sus desaparecidos
– Las víctimas realizan una marcha en Medellín para exigir Verdad, Justicia y Reparación
– Los desplazados marcharon el 18 de julio de 2007 por Tierra, Vida y Dignidad
– Las víctimas del paramilitarismo en Antioquia dan inicio a la campaña «Memorias contra el silencio y la impunidad» – Audiencia de Versión libre del jefe paramilitar Salvatore Mancuso
– Un Tribunal Internacional de Opinión, realizado el pasado mes de noviembre en Bogotá, señaló al Estado colombiano como responsable del desplazamiento forzado en Colombia
– 8 Estrategias para la Verdad, la Justicia y la Reparación – Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado MOVICE – 2006
– Lo que provocan los medios y no nos lo muestran – Lo que no vimos de la marcha del 4 de febrero
febrero 13th, 2008
En una inspección, hoy, al pabellón número 1 de la cárcel de máxima seguridad de Itagüí, en el noroccidental departamento de Antioquia, donde están recluidos los ex jefes paramilitares, las autoridades encontraron:
-Una pistola 9 mm
-Una granada de fragmentación
-11 millones de pesos en efectivo (unos 5.500 dólares)
El diario El Tiempo habló de “arsenal”.
El gobierno pidió una “investigación exhaustiva” para averiguar de dónde provino el dinero, y anunció que excluirá de los beneficios jurídicos pactados mediante la Ley de Justicia y Paz al “responsable”*.
Ya veremos. Porque en las cárceles colombianas lo que hay, desde hace mucho tiempo, son armas.
Y por supuesto, algunos presos bastante conocidos mantienen millones de pesos en efectivo. Para qué, lo dejo a la imaginación del lector o lectora.
*Ya publicado este comentario, informan que el «responsable» sería Iván Roberto Duque, alias Ernesto Báez. El gobierno se lanzó a hacer la aclaración, pues inicialmente se dijo que se trataba de Don Berna, el mandamás de Medellín, heredero de Pablo Escobar. A quien Estados Unidos le tiene tantas ganas… En todo lo que tenga que ver con los paramilitares, dueños de tantos secretos, lo que parece no es lo que es.
febrero 13th, 2008
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