Este artículo del Ricardo Abramovay, profesor de la Universidad de São Paulo, presenta una visión de esa afición al pasado. Lamento disponer solo de esa versión en portugués.
http://ricardoabramovay.com/belo-monte-a-idade-da-pedra/
]]>http://www.ipsnoticias.net/2015/10/canal-interoceanico-de-nicaragua-pesadilla-para-ambientalistas/
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]]>http://www.ipsnoticias.net/2014/12/el-petroleo-presal-un-tesoro-submarino-y-tecnologico-de-brasil/
http://www.ipsnoticias.net/2014/12/guardianes-del-mar-batallan-contra-impactos-del-presal-en-brasil/
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http://www.ipsnoticias.net/2014/12/guardianes-del-mar-batallan-contra-impactos-del-presal-en-brasil/
]]>http://www.ipsnoticias.net/2014/10/costo-y-oportunidad-del-petroleo-no-convencional-en-argentina/
http://www.ipsnoticias.net/2014/10/torres-petroleras-invaden-la-tierra-argentina-de-los-mapuches/
]]>http://www.ipsnoticias.net/2014/10/costo-y-oportunidad-del-petroleo-no-convencional-en-argentina/
http://www.ipsnoticias.net/2014/10/torres-petroleras-invaden-la-tierra-argentina-de-los-mapuches/
]]>http://ciclovivo.com.br/noticia/torre-que-transforma-umidade-do-ar-em-agua-potavel-tem-versao-melhorada
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]]>http://www.prpa.mpf.mp.br/news/2010/noticias/belo-monte-os-problemas-do-projeto-e-a-atuacao-do-mpf
]]>http://www.prpa.mpf.mp.br/news/2010/noticias/belo-monte-os-problemas-do-projeto-e-a-atuacao-do-mpf
]]>En mayo, invadieron y ocuparon durante dos semanas una planta de los constructores de Belo Monte. Los mundurukús encabezaron esa acción a una distancia de 830 kilómetros por carretera de sus territorios, en solidaridad con los afectados del Xingú y para reclamar la suspensión de los proyectos hidroeléctricos en su propia cuenca.
Aceptaron la propuesta gubernamental de viajar a Brasilia, 1.480 kilómetros al sur, para negociar un acuerdo. Pero tenían que ir todos. Los mundurukús no aceptan ser representados por una comisión y no delegan tales poderes siquiera en sus caciques.
La Secretaría General de la Presidencia, que cuida las relaciones del gobierno con la sociedad, tuvo que conseguir dos aviones de la Fuerza Aérea Brasileña para transportar a los 144 indígenas que, siempre juntos, se encontraron el 4 de junio con el ministro jefe de esa cartera, Gilberto Carvalho.
En los 10 días que estuvieron en la capital brasileña protagonizaron protestas ante la Presidencia, el Congreso Nacional y el Ministerio de Justicia, terminando por ocupar la sede de la Fundación Nacional del Indígena (FUNAI).
Una segunda audiencia con el ministro Carvalho no se concretó. Los indígenas rechazaron la condición de enviar una comisión de 10 representantes. “Nunca nos separamos”, justificó un vocero. En un comunicado, la Secretaría alegó que “se negaron a participar en la reunión”.
Esa dificultad de lidiar con pueblos de otras culturas y formas de organización agrava las perplejidades actuales del gobierno brasileño. También los jóvenes que salieron a las calles en protestas multitudinarias desde el 6 de junio no reconocen la representatividad de los poderes estatales, rechazan jerarquías y no presentan líderes con quienes negociar.
Sus reclamos son “difusos”, según una definición que se hizo lugar común.
Como los indígenas desde hace mucho tiempo, los jóvenes tampoco aceptan mediaciones. Eligen a sus blancos y los hostigan con presencia masiva, y pacífica hasta el momento en que grupos radicales o de “vándalos” se apartan de las marchas, depredan inmuebles, tiendas y bancos y se enfrentan con la policía.
El gobierno trata de interpretar a su modo el mensaje de las calles para ofrecer respuestas, sin lograr hasta ahora desarmar las movilizaciones que prosiguen en actos menores y dispersos.
Una reforma política que mejore la representatividad de los parlamentarios y gobernantes constituye el principal intento con que la presidenta Dilma Rousseff trata de salir del arrinconamiento.
Ya está claro que es imposible cualquier cambio en las elecciones presidenciales, parlamentarias y estaduales de octubre de 2014 y que los actuales legisladores no se disponen a aprobar nada que afecte su reelección.
Para los indígenas poco importa. Seguramente ninguna reforma les permitirá tener voz en el Congreso o cargos decisivos en el Poder Ejecutivo.
Solo en un único período, en los años 80, contaron con un diputado nacional, Mario Juruna, elegido en Río de Janeiro, donde son escasos los remanentes autóctonos. Los electores locales decidieron homenajear al líder indígena que grababa sus conversaciones con los gobernantes, porque ellos “mienten mucho y no cumplen sus promesas”. Esto fue hace 30 años.
Dispersos por el extenso territorio de Brasil, unos 900.000 indígenas tienen escasa posibilidad de elegir a sus parlamentarios, a excepción de que se adopte un sistema similar al de Colombia, donde el Senado destina dos escaños a los indígenas que suman 3,4 por ciento de la población nacional.
Sería quizás una forma de cultivar el sentido de representatividad entre los aborígenes brasileños y de unidad entre sus 305 etnias, además de una defensa permanente y pública de sus demandas y necesidades vitales.
]]>Una oleada de grandes proyectos de energía, minería y transportes agita la región. Grandes centrales hidroeléctricas, extracción minera o petrolera, puertos cada día mayores, refinerías, ferrocarriles y carreteras amenazan tierras indígenas en muchos países, expulsan pueblos tradicionales [...]]]>
Una oleada de grandes proyectos de energía, minería y transportes agita la región. Grandes centrales hidroeléctricas, extracción minera o petrolera, puertos cada día mayores, refinerías, ferrocarriles y carreteras amenazan tierras indígenas en muchos países, expulsan pueblos tradicionales –como los ribereños, remanentes de comunidades de esclavos africanos (quilombolas) y pescadores artesanales–, inundan o eliminan bosques y alteran ríos y litorales.
Es una exigencia del desarrollo, se justifica. Durante las décadas perdidas de los 80 y 90, la región poco pudo invertir en infraestructura. Urge ahora, tras reanudarse el crecimiento, eliminar la brecha entre una producción en auge y sistemas logísticos y energéticos estancados. La urgencia estimula soluciones de gran escala, supuestamente más eficientes y con hartos resultados.
Pero esa opción multiplica conflictos y movimientos de resistencia, con desenlaces insatisfactorios. La impresión es que perdemos todos.
IPS pretende cubrir sistemáticamente ese proceso, con apoyo de la Charles Stewart Mott Foundation, de Estados Unidos, por medio de su red de corresponsales y en diálogo con distintos sectores y actores interesados en el tema.
Para eso creamos este blog, para que sea un foro permanente de periodistas, líderes y portavoces de comunidades afectadas, investigadores, activistas, representantes de gobiernos y empresas y quienes quieran manifestarse y compartir ideas, informaciones y conocimientos sobre la infraestructura que se está construyendo en América Latina, como punta visible de un nuevo ciclo de transformaciones regionales.
Para ordenar los debates, identificamos algunos temas específicos y áreas de interés de cada uno, como marco inicial y flexible, que podrá adaptarse fusionando, eliminando o incorporando subtemas:
Megaproyectos de infraestructura
Los ejes prioritarios de transporte buscan salidas al mar, porque son diseñados para la exportación de productos básicos, de gran volumen y bajo valor agregado. ¿Sirven también a la integración nacional y a la cohesión social?
El “apagón logístico” en Brasil se refiere a cuellos de botella y costos elevados para transportar soja y maíz hasta los puertos. Pero Poco se habla de la insuficiencia de vías y medios para llevar maíz al Nordeste semiárido, donde la sequía está matando de hambre el ganado y donde ese grano de la región centro-oeste salvaría a buena parte de los animales.
La gran minería y los hidrocarburos exigen gigantescas infraestructuras de transporte y de energía. ¿Contribuyen al desarrollo local o nacional? Los ferrocarriles son hoy un brazo de la extracción minera, pero poco o nada aportan a las poblaciones locales a excepción de impactos negativos.
Las enormes centrales eléctricas, hídricas o térmicas, son necesarias? ¿Para quiénes?
Impactos ambientales de las grandes obras
Además de biodiversidad, clima, ríos, peces, manglares y pueblos cercanos, hay víctimas poco mencionadas, pero que pueden descalificar o vetar proyectos, como sitios arqueológicos o cavernas.
Resistencia indígena
Las comunidades nativas se oponen a hidroeléctricas, carreteras, ferrocarriles y grandes proyectos de minería y petróleo.
Pueblos tradicionales
Pescadores artesanales, ribereños, campesinos, quilombolas y extractivistas, ¿son modos de vida condenados a la extinción?
La energía en América Latina
El papel de la energía en el desarrollo económico, fuentes, consumo y alternativas.
La concepción dominante indica que el desarrollo entraña mayor consumo energético por persona. Sin embargo, en la región hay millones de personas sin acceso a la electricidad, a veces porque que es demasiado costosa. ¿Por qué sus precios son elevados en países como Brasil, donde predomina la fuente más barata, la hidráulica? ¿Las fuentes alternativas pueden sustituir a las fósiles o hidroeléctricas, como quieren los ambientalistas?
Biocombustibles o agrocombustibles
La condena al etanol de caña de azúcar denota falta de sentido estratégico entre los ecologistas. ¿El biodiésel puede ser sostenible e incluir s los agricultores familiares, como pretende el movimiento de la palma sustentable?
Infraestructura e integración sudamericana
Las nuevas prioridades del Consejo de Infraestructura y Planificación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) apuntan más a integrar la subregión que a buscar salidas al océano Pacífico, superando la visión inicial de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (Iirsa).
Pero, ¿qué integración puede resultar de las vías interoceánicas o que mejoran el transporte transfronterizo? La integración energética, ¿puede ser un juego de gana-gana?
Brasil, la construcción y el BNDES en la integración física latinoamericana
¿Imperialismo? ¿Cooperación? ¿Beneficios mutuos? El empleo y la capacitación de mano de obra local como factores positivos del “poder blando” brasileño, ejercido a través de las empresas constructoras y el financiamiento “subsidiado”.
Megaobras, trabajadores y nuevas perspectivas sindicales en Brasil
Numerosas huelgas y manifestaciones violentas y destructivas dieron como resultado un acuerdo entre empresas, gobierno y sindicatos para mejorar las condiciones de trabajo en la construcción. Los sindicatos suelen resultar sorprendidos por huelgas salvajes. ¿Estará naciendo un nuevo sindicalismo en el sector de la construcción de grandes obras? ¿Podrá esto fomentar cambios en el movimiento obrero?
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