“Nosotros somos periodistas, como ustedes”
Un solo dato ilustra el estado de postración del periodismo local ante las industrias extractivas de Pará, en el extremo noreste de la Amazonia de Brasil: la vicepresidenta del sindicato de periodistas del estado es relacionista pública de la corporación del aluminio Albras.Esto fue anunciado con orgullo por las propias encargadas de comunicación de Albras, una empresa de capitales noruegos y japoneses, a los participantes del “Encuentro para periodistas sobre megaproyectos“, realizado en Belém entre el 26 y el 28 de octubre, mientras visitábamos la fábrica de Albras en Barcarena, Pará.
Pará es el estado de Brasil que soporta más conflictos agrarios y violencia. El sudeste paraense es un punto rojo: tiene una tasa de 72 homicidios por cada 100.000 habitantes.
También es estado muy pobre pese a sus riquezas naturales, porque el esquema impositivo está concebido para que los inversores se lleven las ganancias y dejen muy poco al fisco.
Ahora Pará está sacudido por la resistencia a la central hidroeléctrica de Belo Monte que, incluso antes de estar terminada, ha desfigurado para siempre la vida del pueblo más cercano, Altamira: la población se duplicó, se disparó la prostitución juvenil, así como la drogadicción, y los habitantes que serán afectados por la represa están en gran desamparo.
Pero estos temas casi no se tocan en los medios locales. En los días que estuve en Belém y alrededores escuché sobre medios y periodistas comprados, silenciados o amenazados.
“Nosotros somos periodistas, como ustedes”, nos dijeron las relacionistas públicas de Albras.